La plaza de toros de Colmenar Viejo sirvió de sede para la final de la III edición de la Copa Chenel, que este año no escapó a la polémica. Los toros lucieron el hierro de Zacarías Moreno, Palha y Montealto para el mano a mano entre Juan del Álamo e Isaac Fonseca.
Devuelto el primero
El castaño primero, con el hierro de Montealto, se dañó los cuartos traseros en el solvente inició capotero de Juan del Álamo y tuvo que ser devuelto.
Fonseca escucha silencio en el sobrero primero, que hiere a Juan del Álamo
Un castaño de perfecta hechura jandillona que repitió con codicia en el capote que manejó con templanza Juan del Álamo. Tuvo entrega en el caballo, pero en el quite por salitilleras que propuso el salmantino el toro se lo llevó por delante de lleno. Una vez en la enfermería, Fonseca brindó en su honor a la puerta de la enfermería y se fue a enfrentar a un toro que nunca quiso pasar del embroque y se empleó con violencia en la muleta hasta pegarle un sopapo en la misma cara al sevillano. Lo pasaportó con el máximo decoro posible y escuchó silencio.
Fonseca tira de raza para cortarle una oreja al gran segundo de Zacarías
El segundo era un negro salpicao, colocado de pitones y vareado de carnes, con el hierro de Zacarías Moreno. Embistió siempre por abajo en el saludo a la verónica, muy mexicano, de Fonseca, adornando siempre los remates. Cuando brindó al público ya sabía que se había quedado sólo con la corrida. Brindó al público y se fue a pasar por alto la embestida del burraco tan bravo para acudir como para no perdonar los errores. Y acertó el mexicano en dejar que viniese y despachar embestidas con ritmo antes de exigir. Pero tanto tardó en exigir que cuando lo hizo ya se había orientado el animal, y lo que debió ser por lo civil tuvo que ser por lo criminal; por la espalda, con desplantes, con alardes de arrojo y con un público a favor que le hizo cortar la primera oreja.
Silencio para Fonseca con el aprovechable tercero de Zacarías
El tercero de Zacarías, feo y estrecho pese a su amplia cuna, no quiso humillar tanto como el anterior y tampoco Fonseca tuvo el gobierno y la imposición de mitad de faena hacia adelante. Si no, hubiese continuado con la ligazón y el ritmo en lugar de pasar fatigas y tener que tirar de nuevo de testiculina para tragar en manoletinas finales y ser silenciado tras una media y un descabello.
Palmas para un sufridor Fonseca con el cuarto de Manuel Sanz
El cuarto, de Montealto, se fue para atrás por falta de fuelle para que saliera el segundo sobrero, con el hierro de Manuel Sanz de la Morena, segundo hierro de Los Eulogios, con cuatro años recién cumplidos y una pitada importante por su falta de trapío. Tampoco hizo mucho caso de las telas antes de que le sacudieran duro en varas. Aún así tuvo la oportunidad Álvaro de la Calle de dejar un vistoso quite por chicuelinas. Todo el entusiasmo, toda la entrega y toda la firmeza de plantas de que fue capaz salió en el mexicano afincado en Colmenar, pero sufrió mucho en la parte final de la faena, pese al cariño de sus ‘paisanos’. Mal con la espada y con una cara de sufrimiento importante, terminó con el animal con dificultad.
Fonseca le corta al quinto, de Palha, la oreja más asentada del festejo
Los dos toros de Palha se lidiaron en los dos últimos lugares, y curiosamente fue con el quinto con el que más asentado se vio a Isaac. No humillaba ni embestía, ni se empleaba, pero en su pasar y pasar lo enjaretaba Fonseca para ligarle tandas de planta bien plantada. La estocada, ejecutada despacito y en el mismo final del morrillo, hasta las cintas, posibilitó la concesión de la oreja.
Fonseca le corta al sexto, de Palha, la tercera oreja de la tarde
El sexto de Palha, más feo aún que el anterior, llegó sin definir a un tercio de banderillas donde sobresalieron Juan Carlos Rey y Tito por su verdad al clavar. Pero luego fue Fonseca quien le supo dar más tiempo al animal y a él mismo a la hora de torear, ya sin urgencias y con la puerta grande abierta. Tomó la media distancia como referencia de la arrancada de un toro que, sin tener clase, obedecía con docilidad al toque y al trazo. Entregado por completo Isaac, con las cicatrices del esfuerzo en el cuerpo, se abandonó a manejar la sarga más despacio que en toda la tarde. Lo peor fueron los pinchazos y la tremenda voltereta que se llevó al lograr la estocada hasta las cintas. El tendido, conmovido, le pidió una oreja que el presidente concedió.
FICHA DEL FESTEJO:
Domingo 18 de junio. Plaza de toros «La Corredera», de Colmeanr Viejo, Madrid. Final de la III Copa Chenel. Alrededor de media entrada. Tarde soleada.
Dos toros de Montealto (1º y 4º, ambos devueltos a los corrales), dos de Zacarías Moreno (2º y 3º), dos de Palha (5º y 6º), uno de Ángel Luis Peña (1º, bis) y uno de Manuel Sanz (4º, bis). Correctos en su presentación y de variadas hechuras. De nobles maneras el primero de Montealto, devuelto por dañarse una pata; violento y peligroso el sobrero; una brasa de codicia, humillación y celo el gran burraco segundo; deslucido pero potable el tercero; desclasado pero obediente el sobrero cuarto; pasador e insulso el quinto; y noblón y dócil el obediente sexto.
Juan del Álamo (blanco y plaza): Herido.
Isaac Fonseca (grosella y oro): Silencio en el que mató por Juan del Álamo, oreja, silencio, palmas, oreja y oreja.
Incidencias: Al finalizar el paseíllo fueron obligados a saludar una ovación los dos matadores. Fueron ovacionados, tras un excelente tercio de banderillas al sexto, Juan Carlos Rey y Tito.
Parte médico Juan del Álamo: Herida por asta de toro en cara interna del tercio superior del mislo izquierdo con dos trayectos: uno transverso hacia afuera de unos 25 cms. que desgarra adductores mayor y medio y vasto interno por debajo del paquete vasculo-nervioso femoral; otro trayecto hacia abajo y adentro de unos 15 cm; hematoma por arrancamiento de colaterales venosas. Contusión cervico-dorsal. Pronóstico grave. Trasladado al Hospital de Mutua correspondiente. Firmado: Doctor enrique Crespo.
Parte médico Isaac Fonseca: Herida por asta de toro en cara interna del tercio medio del muslo, derecho con una trayectoria descendente de unos 18 cm que desgarra recto anterior y plural, llegando a la cara anterior del fémur. Heridas inciso-contusas en región bucal. Trasladado, tras ser intervenido al Hospital Fremap Majadahonda. Pronóstico grave. Fdo: Dr. Enrique Crespo
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO