Aún sigue coleando la polémica vivida el pasado 11 de junio en la Monumental plaza de toros de Las Ventas en un festejo donde se acartelaroin el madrileño Julián López ‘El Juli’, el pacense Alejandro Talavante y limeño Andrés Roca Rey. Una tarde donde se vivieron momentos de enorme tensión.
En una plaza de toros se toleran las discrepancias, es más, se debaten las opiniones de unos y otros, lo que no se puede consentir es la perdida de papeles que lleva —a algunos— a cruzar determinadas líneas rojas. Por eso lo el bochorno vivido en Las Ventas tiene que servir para erradicar de raíz ciertos comportamientos. De un tiempo a esta parte el clima que se vive en las tardes de relumbrón es insoportable, más si cabe cuando torea el peruano.
De todo ello quiso hablar Roberto Domínguez, apoderado de Roca Rey, el pasado domingo en los micrófonos del programa Clarín. El torero vallisoletano no se mordió la lengua y dio su opinión sobre diversos temas ocurridos en la tarde del sábado 11, valorando lo realizado por su poderdante en una tarde donde tenía a un sector de la plaza muy en contra: «Por primera vez, un torero se pone por montera la exigencia y hace recapacitar a la mayoría de los espectadores que se cansan, que es la mayoría silenciosa que salen de los toros diciendo que aquí no hay quien venga«, exponía el mentor del peruano.
Roberto sabe -por conocimiento de causa- como es el aficionado de ese tendido, la exigencia que siempre trae consigo, por eso nunca le ha sorprendido su comportamiento. Pero de un tiempo a esta parte las hostilidades hacia la figura del peruano han ido aumentando de forma alarmante por un nuevo sector que no hace, sino entorpecer el buen funcionamiento de la corrida. La exigencia es bienvenida, y de eso se encarga el núcleo duro de la plaza, pero lo que no se puede consentir es la descalificación.
«El 7 ha sido durísimos siempre, pero ahora se ha pasado la barrera del insulto y la provocación. Lo he vivido, toreando con compañeros al que les increpaban todo. Recuerdo lo que significó el tendido 7 con Palomo Linares, José María Manzanares padre, Dámaso González o Julián López ‘El Juli’. Creo que en esta época ha tomado una deriva muy difícil de superar«, denunciaba el apoderado de Roca Rey.
«Cuando a nivel profesional los hombres de bien ven la dificultad que han tenido algunos de los toros de Roca Rey, cómo se ha impuesto, cómo ha despreciado el riesgo y la posibilidad de tener un accidente que le marcara para toda su vida, y estas personas lo niegan, le insultan, le increpan… se anteponen a la posibilidad de que vaya a triunfar. Eso es un derrotismo y una intención crítica extremista que no obedece a un parámetro normal», exponía el vallisoletano.
«Para mí los del 7 no son aficionados, se ha pasado la barrera del insulto y la provocación mandando a reventadores, extremistas, incluso insultantes que no dejan al torero ejercer su profesión», comentaba Roberto Domínguez en una intervención donde quiso poner los puntos sobre las íes y sacar la cara por un torero que gustos aparte se jugó la vida en una tarde donde su lote imposibilitó ver faenas lucidas.
🎙️Roberto Domínguez: “Lo del domingo es un punto de inflexión. Madrid siempre ha sido muy duro con las figuras del toreo. Pero esa exigencia cuando es intransigencia e intención de querer destruir el espectáculo…”
— Clarín RNE (@clarinrne) June 18, 2023