Diego Peseiro, Álvaro Burdiel y Marcos Linares dieron sendas vueltas al ruedo en la penúltima novillada de abono sevillano ante una novillada manejable de Albarreal a la que faltó fuerza para haber transmitido más. Los novilleros, cada uno en su estilo, estuvieron por encima del ganado en una noche que finalmente se saldó sin trofeos.
El portugués Diego Peseiro se fue a portagayola en el novillo que abrió plaza, al que recibió de forma vistosa por chicuelinas. También estuvo variado en banderillas, sobresaliendo el último par al violín. Con la muleta comenzó doblándose bien con el novillo, templándolo mucho. El de Albarreal se dejó y el novillero lo entendió bien, sobresaliendo en un par de series al natural, el mejor pitón de un animal que terminó por rajarse. Cuando esto ocurrió, Peseiro se metió entre los pitones rematando una labor de mucho mérito que concluyó de estocada de rápido efecto. Hubo petición no atendida por el palco y dio la vuelta al ruedo.
En el cuarto, Peseiro volvió a torear con soltura de capa. El novillo pareció afligirse en su encuentro con el caballo y el portugués desistió de poner banderillas. En la muleta el novillo se defendió por falta de fuerza y dio pocas opciones. Peseiro lo intentó con voluntad pero sin resultado por la falta de casta y poder del animal y a pesar del esfuerzo del torero. Mató de media. Silencio.
Álvaro Burdiel estuvo animoso con el capote en el segundo de la tarde, que fue cuidado en el caballo. Hubo rivalidad en quites entre Marcos Linares y Burdiel, que comenzó la faena de rodillas para luego templar bien con la derecha en dos series en las que aprovechó la noble embestida del astado. Por el izquierdo la embestida era más corta, por eso volvió a la derecha para apurar al de Albarreal en una faena a la que faltó mayor conexión con el tendido y que terminó de nuevo toreando en redondo con las dos rodillas en tierra. Mató al segundo intento y fue ovacionado.
Álvaro Burdiel brindó al público el quinto novillo, que no le había dejado lucir en los primeros tercios. Sin humillar en la muleta, el novillo tuvo una molesta movilidad en la muleta ante la que el novillero se mostró firme y sin volver la cara. Su esfuerzo y actitud fueron valorados por el público de Sevilla. El final toreando de frente fue lo mejor de la faena, que remató de un espadazo. Hubo petición y vuelta al ruedo.
Marcos Linares fue recibido con una fuerte ovación que le obligó a saludar después del paseíllo. Sevilla se acordaba del feo percance que sufrió en la final del Circuito de Andalucía y de la buena impresión que dejó. Linares toreó bien a la verónica al tercero, al que luego cogió muy bien el aire con la muleta. Supo buscarlo siempre para provocar la ligazón en una faena que fue a más y que brilló especialmente en el toreo diestro. Toreó templado y con buen trazo a otro novillo que se dejó bastante pero al que le faltó transmitir. Terminó la faena con una buena serie al natural que corroboró su superioridad y mató de media. Hubo petición pero tuvo que conformarse con la vuelta al ruedo.
El sexto no se prestó al lucimiento con el capote. Lo picó bien Manuel Jesús Ruiz Román y Marcos Linares brindó al equipo médico de la plaza. No humilló nada el de Albarreal y Marcos lo intentó por los dos pitones chocando con la falta de entrega de su enemigo. Fue superior el torero pero sin poder construir faena. Mató de estocada y fue silenciado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Novillada de abono.
Novillos de Albarreal, bien presentados y manejables en conjunto.
Diego Peseiro, vuelta al ruedo tras petición y silencio.
Álvaro Burdiel, ovación y vuelta al ruedo tras petición.
Marcos Linares, vuelta tras petición y silencio.
FOTOGALERÍA: EDUARDO PORCUNA