VÍDEO

Esta es la sobrecogedora (y desafiante) actitud de un toro de Miura en los Corrales del Gas


viernes 30 junio, 2023

El astado de Miura logró cerciorarse de que algo había detrás de la mampara protectora y mostró esta actitud.

Miura Pamplona
El toro de Miura. © Twitter

Si hay una ganadería emblemática en la Feria del Toro de Pamplona esa es la de Miura, un encierro que no falla y que suele cerrar de forma tradicional todas las corridas que se dan en la Monumental navarra. El siguiente vídeo muestra, precisamente, la fiereza brava que tienen estos animales.

Está filmado en el año 2019 en los Corrales del Gas, el espacio previo en el que los toros descansan durante diez días antes de su lidia y de su traslado a los Corrales de Santo Domingo, desde donde posteriormente corren el encierro hasta la plaza de toros de la capital navarra.

Natalia Rivas, joven aficionada, fue la persona que grabó estas impactantes imágenes en las que se ve a uno de los toros de Miura -con una tremenda arboladura- desafiando a la cámara. Hay que tener en cuenta que este espacio está blindado con unos gruesos cristales para evitar que los toros sean molestados; aún así, el astado de Miura logró cerciorarse de que algo había detrás de la mampara protectora y por eso mostró esa sobrecogedora y desafiante actitud.

Este año, la corrida de Miura de Pamplona -que aún no ha llegado a los Corrales del Gas- la lidiará un cartel internacional compuesto por el albaceteño Rubén Pinar, el francés Juan Leal y el venezolano Jesús Enrique Colombo.

La ganadería de Miura, un emblema en Pamplona

Miura
Un toro de Miura.

Eduardo y Antonio Miura son dos enamorados del toro bravo y del caballo, que siguen manteniendo vivo el legado que en 1842 creara Juan Miura con la compra de los primeros animales.

No sería hasta 1845 cuando aparecerían los primeros carteles con el hierro familiar. Sería el 15 de agosto de 1846 cuando debutarían con una novillada en Sevilla, si bien, oficialmente, no tomaría antigüedad hasta el 30 de abril de 1849 con la lidia de dos animales en Madrid. Desde aquella mitad del siglo XIX hasta este primer cuarto del XXI la ganadería ha pasado por muchas manos, dándole todos ellos su sello particular sin salirse del tipo de toro que había en casa.