Es verdad que el balance final de lesionados no arrojó heridos de consideración por asta de toro, pero no lo es menos que la carrera que firmaron los toros de Miura dejaron instantes de verdadera tensión en los que las palas de los pitones empujaron cogotes, espaldas y hasta frentes, haciendo que el hecho de que no corriese la sangre fue un auténtico milagro, visto lo visto en el recorrido del encierro.
Y eso que los toros procedentes de Zahariche no se adelantaron nunca al velocísimo buey de punta, tras el que se fueron los seis toros negros -asunto poco habitual en una ganadería con tanta variedad de capas- por toda la Cuesta de Santo Domingo, único tramo donde uno de los astados se escoró tímidamente a la derecha. Después, ya en la plaza del Ayuntamiento, casi no dio tiempo a que se produjesen más que saltos sobre pequeñas montoneras que se producían a los lados de la calle.
Especialmente peligroso fue el momento en que uno de los toros de Miura arrolló a un corredor que había caído en la cara al tomar la Curva de Mercaderes por la parte izquierda del recorrido. El toro seguramente ni lo vio, pero le dejó pisotones de los que se va a acordar durante algún tiempo. Otras muchas caídas se produjeron en una calle Estafeta en las que las carreras en la cara de los toros -que ya venían divididos en dos grupos distintos- han sido bellísimas, con respeto y corrección por parte de los corredores.
Los dos incidentes de mayor riesgo del encierro
Pero aún hubo que asustarse un par de veces más antes de que concluyera la carrera. Una de ellas fue en el tramo de Telefónica, donde uno de los toros golpeó con violencia la nuca de una joven corredora, que cayó al suelo de espaldas y de muy fea manera. Y unos metros más adelante, con el mismo toro como protagonista, otro corredor, que intentaba huir de la zona ‘caliente’ del itinerario, también se llevó un pitonazo en la espalda que dio con sus huesos en el suelo.
Para entonces ya sólo quedaba ver la carrera que firmaba hoy un valeroso Juampe que, con su camiseta del Madrid, cerraba el que ha sido el San Fermín en que ha ganado su protagonismo dejando que los toros le corriesen muy cerca por detrás. Hoy, sin embargo, la veloz carrera le hizo caer en el mismo callejón de entrada a la plaza, lo que provocó que no entrase en la plaza con la manada en el último encierro de este años.
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
Y, por 2023, San Fermín cerró su capotillo a la espera de los que hagan esta tarde los toreros -alguno andaba por el recorrido del encierro- con la manada de Zahariche.