Han pasado 25 años de su alternativa. La trayectoria de Juli es inabarcable, y Pamplona siempre es uno de sus bastiones. Con la corrida de Jandilla, López selló una de las tardes más importantes de su temporada, rompiéndose de verdad con dos animales que le entregaron su bravura. Días después, pasó por los micrófonos de Espacio Toro de RNE, donde confesó cómo vivió aquella tarde y las horas posteriores: “Estoy muy contento. Que te salgan las cosas en una feria de tanta importancia, le deja a uno muy satisfecho”, señaló.
La faena al quinto toro de la tarde fue rotunda y maciza, con enormes naturales: “Fue una gran corrida en general, y ese toro particularmente me gustó mucho. Tuvo fondo, tuvo bravura, se le podía apretar por abajo. Venía con muchísima ilusión, intentando prepararme mucho para un compromiso muy importante. Fui feliz con el toro, y eso es lo que busca un torero”.
Tras un cuarto de siglo de alternativa, volvió a sentir el calor de las peñas: “Estoy muy agradecido. Pamplona ha sido una plaza vital en mi carrera. A veces llegaba con la temporada encarrilada, otras un poco atascada… y Pamplona siempre ha sido un punto de inflexión y un referente de mitad de temporada hacia adelante. Es un gran puerto de primera, con el toro de primera, lo que tiene un plus de importancia”.
Es una plaza no fácil para un torero por la seriedad del animal especialmente: “Yo recuerdo la primera vez que fui que me impactó mucho el ambiente. Ves un ruido y un ambiente que te asusta un poco. Pero a mí siempre Pamplona me ha gustado porque es fiel a lo que le gusta, a su personalidad. Pamplona no te engaña, Pamplona es así. Tienes que intentar evadirte, concentrarte y buscar tu tauromaquia”, defiende Julián.
“Cuando las cosas salen, todo el mundo entra de la misma manera. Creo que hay una gran afición, con sabor, y el ambiente es el que es. Uno compite con lo que hay: en Sevilla con un ambiente, en Madrid con otro y en Pamplona con el que tiene. Una figura del toreo tiene que triunfar y estar en esas plazas”, añade López.
“Son plazas en las que tienes que tener un plus de preparación y de concentración, y al final lo he tenido. Estos días a lo mejor te gustaría estar con la familia, pero te tienes que encerrar en el campo, prepararte, torear toros a puerta cerrada… y que en la plaza te salgan las cosas te da mucha satisfacción. Gracias a Dios he disfrutado mucho”.
Sobre el momento de madurez que atraviesa, expone que lo está “gozando”: “He disfrutado todas las etapas, porque han sido distintas. Y partiendo de la base de que en una trayectoria tan larga hay cosas positivas y alguna negativa, he vivido momentos muy distintos de aceptación del público y de la prensa. Y ahora te encuentras en ese momento en el que han pasado ya todas las guerras y polémicas, y ves el reconocimiento y respeto de la gente. Eso alimenta mucho”.