Rui cuaja al interesante primero y le corta una oreja de mucho peso
Le cortó la oreja Rui Fernandes al buen primero, un ejemplar de Bohórquez con franqueza y galope. Un animal que gracias a su nobleza permitió al rejoneador portugués realizar una intensa y templada faena. Rui se metió al respetable en el bolsillo desde un principio, siempre citando de frente y dándole los pechos del caballo a un animal con franqueza. El momento álgido de su labor vino cuando acortó distancias y citó a caballo parado en dos banderillas de gran exposición. Tras tirar al toro sin puntilla le cortaría una oreja de mucho peso.
Ventura pasea las dos orejas tras una magistral faena al segundo
Un auténtico lío le formó Ventura al segundo de la tarde, un animal al que le cortó las dos orejas tras una faena de gran intensidad. Ya de salida paró al animal muy en corto, para más tarde clavar el rejón en todo lo alto. Ya en banderillas cuajó de principio a fin a un toro con buen tranco y un ritmo sostenido. Lo toreó de costado llevado al animal cosido a la cola del equino para más tarde encelarlo con los cuartos traseros. Ventura iba cambiando el viaje con el toro yendo detrás sin dar un derrote. Le dio distancia para clavar al pitón contrario en banderillas donde se dejó llegar al toro una enormidad. Pero ahí no quedó la cosa, lo mejor estaba por llegar. Diego acortó distancias y con el toro a escasos metros colocó dos banderillas a toro parado, la plaza era un manicomio. Para acabar de cuajar su gran faena colocó banderillas cortas al violín y un par a dos manos de gran belleza. Firmó la faena con un rejonazo en todo lo alto que tiró al toro sin puntilla. Dos orejas de ley en una de las mejores faenas de su temporada.
Romero pasea las dos orejas del irregular tercero
Dos orejas le cortaría Andrés Romero al tercero de la tarde tras una faena desigual por la condición del animal. Una labor seria y meritoria ante un ejemplar que pese a tener nobleza no acabó de emplearse. Ya de salida se fue a chiqueros con el Marsellés en la mano para recibir al toro en la misma puerta de chiqueros. El onubense poco a poco fue entendiendo aquello que pedía el animal, subiendo enteros su labor a partir del ecuador de la misma. Andrés le buscó siempre las vueltas a un astado que en ocasiones se puso por delante, algo que dificultaba el rejoneo de Romero. Toreo a dos pistas, banderillas citando de frente, cortas… todo para conseguir ese triunfo que anhelaba. Una faena que acogió con entusiasmo una plaza muy a favor de obra. Tras un rejón en buen sitio, el animal cayó con prontitud, algo que sumó para la concesión del doble trofeo.
Ovacionada Vicens con el interesante, pero muy justo de fuerzas cuarto
Espoleada por el triunfo de sus compañeros, salió Lea Vicens a recibir al cuarto. Al igual que Romero se fue a la misma puerta de chiqueros para recibir a un animal que salió con muchos pies. Pese a esa viveza, el de Bohórquez evidenció que no iba a estar sobrado de fuerzas, algo que debía de tener en cuenta la rejoneadora francesa. Alivió al animal con el galope de costado, le dio sus tiempos, e incluso buscó el encelarlo desde lejos para que se viniera arriba. Y así fue, el toro aprendió a moverse con las fuerzas que tenía, dejando a la rejoneadora francesa torear a gusto por momentos. Un animal que no era la tonta del bote, sino un toro con clase y fondo de bravura, apretando tras las cabalgaduras con celo y empleándose cuando las fuerzas se lo permitían, algo qu ela rejoneadora francesa no consiguió canalizar en su montura. Lea construyó una faena desigual, esa en la que hubo picos de sierra debido a la falta de acople por momento de ambos. Aun así se le vio buscando el toreo que siente ante un ejemplar de gran verdad en sus embestidas. Lastima no haberlo visto a pie.
Fernandes pasea la oreja del manso y parado sexto
No se quería ir de Huelva sin salir a hombros, de ahí Rui buscara la fórmula para intentar meter en el canasto al parado y reservón quinto, un animal que se movió a oleadas. Mérito tuvo una labor donde puso todo de su parte para sacar agua de un pozo vacío. El rejoneador portugués fue poco a poco buscándole las vueltas a un animal con temperamento, pero precisamente ese defecto lo hizo virtud para demostrar a los tendidos el comportamiento del animal. Buscó mediante su concepto el torear a un astado nada fácil. Faena inteligente y macerada pese a carecer de un hilo conductor. Tras pasaportar al animal paseó la oreja que le abría la puerta grande.
Ventura pasea los máximos trofeos de un interesante Bohórquez al que incluso llegó a apuntillar
Volvió a formar un auténtico lío Ventura en el sexto, una faena de menos a más premiada con los máximos trofeos. Ya se vieron las intenciones nada más sonar clarines y timbales, Diego se iba al centro del ruedo con el rejón en la mano para clavar una vez quebrado al toro. Ventura fue poco a poco haciendo a un animal que respondió ante la apuesta del rejoneador afincado en La Puebla del Río. Sabía del buen fondo del animal, de ahí que le diera sus tiempos. Pero a partir de la tercera banderilla prendió la mecha con banderillas de poder a poder citando en la media distancia al astado para una ve arrancado este dar pasos hacia atrás y una vez llegado el toro a la altura del rejoneador quebrar en la cara. Luego vendría otra banderilla clavada en la misma cara, siempre buscando clavar y salir por el pitón contrario. Pero por si no fuera poco le quitó la cabezada al caballo para dejar una banderilla de gran exposición ante un toro que todo lo hizo con franqueza. Luego vendrían tres banderillas cortas al violín en una perra gorda y un rejonazo que volvió a tirar patas arriba al animal al que incluso luego apuntillaría. La locura era ya evidente, Diego había realizado una faena de esas que los presentes no olvidarán ante un toro con unas virtudes muy marcadas y que propició, en gran medida, al triunfo de un rejoneador que fue premiado con los máximos trofeos. La vuelta al ruedo compartida con Fermín Bohórquez fue un precioso gesto por parte de Diego.
Ovacionado Andrés Romero con el marmolillo que hizo séptimo
Se topó Andrés Romero con un séptimo manso y muy parado, un animal que desde salida tuvo clara querencia a tablas. El onubense se fue a pararlo al centro del anillo, como ya hiciera Ventura en el toro anterior. Una faena donde la fe fue la clave para no desesperarse ante un ejemplar tan falto de casta. Una vez que logró sacarlo del tercio pudo, al menos, dejar constancia de su hambre colocando banderillas de gran exposición. Romero buscó, pero no halló esas embestidas que necesitaba para al triunfar. Lo intentó todo, e incluso una suerte donde el caballo andaba hacia atrás y una vez llegado a la cara del toro daba una vuelta sobre su eje y clavaba en la cara. Porfió Andrés, pero su constancia y empeño por triunfar esta vez no fue posible
Lea pecha con un octavo de Bohórquez de nula condición
Tampoco valió el octavo, un animal del hierro gaditano que nunca quiso ir hacia adelante, un animal manso y reservón. Lea no consiguió centrar al animal tras el primer rejón de castigo, un rejonazo que acusó debido a su bajo nivel de bravura. La rejoneadora francesa intentó sacárselo de las tablas, pero el toro no quería ni ver el tercio, ya ni decir el centro del anillo. Porfió Lea en una faena que no pudo tomar vuelo debido a la falta de continuidad de un animal muy apagado. Aun así, pudo dejar pasajes sueltos ante un toro que siempre anduvo midiendo. Faena meritoria aunque sin brillo que acabó diluyéndose pese a la porfía de Lea. Una labor que se complicó al final de la misma al quedarse parado como un marmolillo, un ejemplar que se lo puso muy complicado para matar y descabellar. Tras sonar dos avisos, su faena quedó en ovación.
Ficha del Festejo:
Última de las colombinas de Huelva, corrida de rejones. Casi lleno.
Toros de Fermín Bohórquez. Correctamente despuntados y de juego desigual. Destacaron segundo, cuarto y sexto
Rui Fernandes: Oreja y Oreja
Diego Ventura: Dos Orejas y Dos orejas y rabo
Andrés Romero: Dos Orejas y Ovación
Lea Vicens: Ovación y Ovación tras dos avisos