El novillero Tristán Barroso ha sido el triunfador de la tercera y última novillada de la Feria de San Roque de Blanca (Murcia) al cortar una oreja al cuarto novillo, al que cuajó una excelente faena. El otro finalista, Víctor Acebo, también mostró buen nivel pero estuvo mal con los aceros.
FICHA:
Se lidiaron tres novillos de Castillejo de Huebra y uno -cuarto- de José Manuel Sánchez, bien presentados y de juego desigual.
Víctor Acebo, ovación y pitos tras dos avisos.
Tristán Barroso, silencio y oreja.
COMENTARIO:
Víctor Acebo dejó buenas verónicas en el recibo al primero de la tarde, un novillo noble y humillador que embistió bien de salida. El animal mantuvo su buena condición en la muleta pero fue rajadito, buscando pronto el amparo de las tablas. Acebo pudo dejar series estimables por los dos pitones a pesar de la huida del animal. Pinchó y perdió un primer triunfo. Dio la vuelta al ruedo.
El segundo del lote de Víctor Acebo no se empleó y al novillo siempre le costó ir hacia adelante. El murciano se esforzó por sacar partido de un astado poco colaborador en una faena de entrega que no remató bien con los aceros, eternizándose con el descabello. Le pitaron tras escuchar dos avisos.
Tristán Barroso también se las vio en primer lugar con un novillo aquerenciado en tablas al que fue superior en todo momento. Empezó toreándolo con variedad con el capote, por chicuelinas en el recibo y saltilleras en el quite. En la muleta plantó cara con solvencia a un animal que no ayudó nada, pegándose un arrimón cuando el animal se paró. No estuvo fino con la espada.
Al cuarto, Barroso le hizo la mejor faena de la tarde. Este novillo, del hierro de José Manuel Sánchez, fue el más colaborador. Tristán lo aprovechó desde que salió, cuajando un vibrante y completo saludo de capote que calentó a los tendidos. En la muleta dio series excelentes por los dos pitones, cuajando una faena de altos vuelos que habría valido un triunfo en cualquier plaza de mayor relevancia. Un pinchazo previo a media estocada efectiva le apartó de cortar las dos orejas. Fue premiado con una que le convierte en el triunfador de la tarde.