Una corrida de rejones para José Miguel Callejón (sustituyendo a Óscar Borjas), Roberto Armendáriz, Iván Magro, Andrés Romero, Emiliano Gamero y Paco Velásquez se lidiaba en la tarde de hoy en Las Ventas, un festejo en el que tanto Gamero como Velásques confirmaban su alternativa en la primera plaza del mundo en un festejo que comenzaba a las siete de la tarde.
Emiliano Gamero confirma con una faena superficial a un toro que mereció mejor lidia
Tras la ceremonia de confirmación de Emilia o Gamero, salió con poder y explosión en el galope el primero, al que recibió el mexicano con «Ferrera», un bonito castaño con el que tardó en ajustarse al ritmo del toro para poder engancharlo y pararlo. Optó por clavar los rejones de castigo de tercio a tercio, al cuarto, pasando en falso dos veces y acertando las otras dos, haciendo que el toro sangrara una barbaridad. Aún así, aguantó bien la lidia y conservó el disparo, aunque midió más en los galopes que, dicho sea de paso, tampoco le exigieron. Quizá eso hizo que fuera difícil templarlo, algo que pagó «Casanova» en banderillas, pues se llevó un fuerte topetazo en el que, de milagro, ni entró el pitón. Después, con «Jaguar» y «Primoroso» clavó con aseo en un rejoneo a la antigua, de pasar, clavar y salir cuanto antes de ahí, para después hacer ejercicios de doma lejos de la cara del toro y buscando el aplauso fácil del público. Luego se tomó su tiempo en pedir de nuevo su sombrero para brindar la muerte del toro la empresario mexicano Pedro Haces Barba y, después de varias probaturas, poniendo en peligro a «Maya» contra las tablas, dejó un rejón de muerte trasero y atravesado.
Vuelta al ruedo para Velásquez tras una esforzada lidia al segundo
Paco Velásquez no llegó a confirmar en Madrid su alternativa como matador de toros, pero sí ahora como rejoneador. Lo hizo a lomos de «Vasquino», ante un toro con tendencia a distraerse pero que acudió con intención cuando se le provocó en la cercanía. Tardó un poco en pillarle el sitio Velásquez, que pasó en falso, luego clavó sin dejar el rejón y posteriormente sí dejó hasta dos hojas de peral en los lomos del toro, que tampoco minaron mucho al toro, pues no terminaron de entrar en sus carnes. Mejor anduvo en banderillas, ofreciendo los pecho de «Bambú», para batir a pitón contrario y dejar tres palos de buena factura, sobre todo porque asumió la lidia de un toro que esperó lo suyo y arreó en la cercanía. Paco se metió en los terrenos del toro, jugó con los terrenos e hizo todo en función de lo que el animal necesitaba. La pena es que el toro no agradeció el esfuerzo y cada vez se paró y aquerenció más. Por eso tuvieron más mérito las banderillas sobre «Chalana», asumiendo riesgos y atacando con decisión. Le echó habilidad para dejar un par a dos manos sobre «Fado», antes de dejar efectivo rejón de muerte. Hubo pañuelos, pero todo quedó en una vuelta al ruedo.
Callejón pincha una faena interesante al buen tercero
El tercero tuvo fijeza, prontitud y ritmo, muy bueno para el caballo, aunque a veces se dolió en extremo de los hierros y perdía la continuidad en su embestida tras las monturas. José Miguel Callejón anduvo dispuesto y entregado en un torero muy campero, más efectivo que efectista, centrado en la evolución del toro y sin fuegos de artificio, sobrio y, quizás, rústico, pero suficiente para meter al público en faena, pues el toro siempre obedeció y puso emoción, más allá de algunos toques a «Riofrío» en la salida. Sorprendió la corpulencia de «Travieso», con el que dejó un palo al violin y otro de tercio a tercio con un estrecho cuarteo final. Dejó dos buenas cortas a pesar de que «Cubano» le protestó mucho la entrar en los terrenos del toro, también en los varios intentos con el rejón de muerte.
Más esfuerzo que lucimiento de Armendariz ante el cuarto
Optó Roberto Armendariz por cuidar al bonito berrendo aparejado que hizo cuarto, un toro fijo y con buen fondo, pero de escaso recorrido, al que le costó una barbaridad seguir a las cabalgaduras. El navarro dejó un solitario rejón de castigo con «Cohiba», para después atacar en la cercanía y provocar, siempre metido en los terrenos del toro, razón por la que las salidas no siempre fueron limpias, aunque sin poner en peligro sus caballos. Eran exigencias del guión, pues había compromiso en la faena de Armendariz. Brilló más so labor sobre «Rubí», con el que se atrevió a dejar dos banderillas sin cabezada (pero con falsa rienda), de mucha exposición y desigual colocación. El rejón fue defectuoso y tuvo que descabellar. Aún así, la oreja que no cayó en el segundo, sí llegó para el navarro.
Iván Magro deja instantes de interés en una labor intermitente
Tuvo ritmo el quinto, al que, sin embargo, le costó mantener el galope por su escaso poder. Con él, Iván Magro anduvo muy centrado. Primero cuidandolo con «Oporto», con un único rejón de castigo y varias pasadas provocando y encelado al toro con la bandera. Después, con «Príncipe», enganchó los galopes para estirarlos poco a poco, y alegrarlos con cambios por los adentros, hasta conseguir que el toro le siguiera en casi media vuelta al ruedo, antes de clavar a la grupa, pero en buen sitio. Se adornó más sobre «Primor», con el que llegó más cerca de los pitones, aunque el recorrido del toro ya era escaso y hubo más toques a sus monturas, saliendo todo más trompicado, aunque igualmente jaleado por el público. Caracoleó con «Bohemio» para dejar tres palos cortos y alegró al tendido con sus levadas antes de pinchar y dejar un rejón al segundo intento que necesitó de dos golpes de descabello. Aún así, sin que nadie lo pidiera, el jinete dio una vuelta al ruedo.
Oreja para Andrés Romero, entre la seriedad y el efectismo
Otro berrendo aparejado fue el sexto, cuajado y bien hecho, pero bajo de casta y fondo, con el que se tuvo que emplear Andrés Romero en los primeros compases para mantenerlo fijo en sus cabalgaduras. Se dolió el toro ante el rejón de castigo, y también de los arpones, aunque acompañaba al jinete en las salidas. Con «Fuente Rey», Romero intentó buscar el equilibrio entre la lidia al toro y, provocándolo siempre, ayudándolo con la voz, templándolo con sentido, y alegrar al tendido con levadas y guiños constantes, aunque fuera lejos de la cara del toro. Tampoco abusó de ello como en otras tardes. Además, el toro agradeció la buena lidia y respondió yendo a más y a mejor. Con «Farrugia» hizo cambios en la corta distancia, más espectaculares que acertados, pues salió trompicado de más, pero al respetable le importó poco. La faena ganó en efectismo con «Kabul» y «Chamán», al tiempo que el toro bajaba en intensidad, y dejó un rejonazo certero que provocó la pañolada.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Corrida de rejones. Menos de un cuarto de entrada.
Toros de Benítez Cubero. Parejos en sus buenas hechuras y correcta presencia. Explosivo y poderoso el primero; reservón y aquerenció, que acudió por arreones el segundo; fijo, pronto y bueno el tercero; fijo y a menos, hasta que se paró; fijo y bueno pero a menos; agradecido y a más el buen sexto
José Miguel Callejón, que sustituyó a Óscar Borja (chaquetilla canela): Ovación
Roberto Armendariz (chaquetilla negra y plata): Oreja
Iván Magro (chaquetilla champaña): Vuelta tras aviso
Andrés Romero (chaquetilla marfil): Oreja
Emiliano Gamero (vestido charro): Ovación
Paco Velásquez (casaca negra): Vuelta al ruedo
Incidencias: Emiliano Gamero y Paco Velasquez confirmaron con «Valiente», nº 19, negro listón de 506 kg. y «Llevador», nº 21, negro listón de 512 kg., respectivamente.
GALERÍA: Plaza 1 (La Ventas)
