No siempre los toros indultados acaban volviendo -nada más ser curados- a su finca de origen. Algunos de ellos deben quedarse días e incluso semanas recuperándose y pasando las cuarentenas que marca la ley. Cuando se pasa de un país a otro esto suele ser una tónica habitual, más si cabe cuando se cruza el charco, siendo allí muchos más severos con estos temas. Como dato, alguno de los toros venidos de España e indultados en América o bien fueron apuntillados en la plaza o comprados por ganaderos de la zona.
‘Lobito’, animal del hierro jerezano de Santiago Domecq indultado por Juan Leal el pasado 13 de agosto en la plaza de toros francesa de Béziers, fue un astado con unas virtudes excelsas y proveniente de una de las reatas más importantes de la casa. Un toro que se ganó la vida gracias a su nobleza y su calidad, un toro con gran acometividad y celo en los trastos.
Éste cumplió de sobra en el jaco, el cual fue a más durante toda su lidia: «Es de los toros que marcan un punto de inflexión en la carrera de los toreros. El animal fue una máquina de embestir, de los que da gusto poder torear», nos comentaba Juan Leal hace unos días. Un astado que ha estado recuperándose en la finca propiedad del ganadero y empresario Robert Margé y, según ha podido saber este medio, ya va camino de Jerez de la Frontera,
Y no se ha encontrado en Francia por problemas en su recuperación, sino por los protocolos que hay que realizar antes de trasladar un animal a España. Al ser dos países pertenecientes a las UE hay libre paso de un país a otro; sin embargo, las normativas varían según el país, más si cabe cuando en España alguna que otra ganadería tuvo que quedarse sin lidiar en el país vecino por la intromisión de un virus llamado del “mosquito” -enfermedad hemorrágica epizoótica-.
’Lobito’, en perfecto estado de revista
’Lobito’ se encuentra en perfecto estado de revista, anda muy recuperado de las heridas, pero aún debe pasar un tiempo más de cuarentena. Sus ganaderos andan tranquilos, ya que el toro come con normalidad, no padece fiebre y se le ve viveza en la mirada, algo muy positivo para su recuperación. Cuando llegue el invierno tendrá a su disposición a un importante hato de vacas para transmitir su simiente como ya lo hicieron otros toros indultados en esta casa.
Como es norma en muchas ganaderías, las primeras hijas del semental indultado serán tentadas por el matador que contribuyó a que se ganara la vida, en este caso Juan Leal, un torero que está dando un paso más en su carrera con los últimos triunfos cosechados. Un espada que entrará en Bilbao por la vía de la sustitución al no estar recuperado el sevillano Daniel Luque tras el percance sufrido en la plaza de toros de El Puerto de Santa María.