Los toreros tienen que aguantar muchas cosas cuando están con la muleta en la mano y delante de un toro, con la vida en juego. Sin embargo, depende mucho de la personalidad y el carácter de cada uno la reacción que sobrevenga al improperio, como ha ocurrido hoy en Bilbao, cuando un espectador le ha gritado «estás muy gordo» a Morante cuando estaba delante del exigente cuarto y el sevillano ha tomado la tajante decisión de irse a por la espada y terminar de una vez con la faena.
Por supuesto, el torero ha sido abroncado por la media plaza que se encontraba poblando el tendido, tampoco se sabe si conocedora o no del motivo de la decisión tomada por el cigarrero. Lo cierto es que el pensamiento de José Antonio en ese momento fue: «Si me faltan al respeto, tampoco tengo yo por qué respetar», y se fue a cazar al de Juan Pedro casi sin cuadrarlo, con toda la intención de acabar de inmediato.
El suceso, al contrario de lo que se pueda pensar, abre un debate importante en las mismas tripas del toreo de hoy, donde el espectador se considera con la potestad de faltarle al repeto a un torero sólo por el mero hecho de pagar una entrada -por muy cara que ésta sea-. Y hay una diferencia radical en expresar su opinión con pitos o incluso apuntar su disconformidad con la manera de manejarse del que está delante del toro o faltarle descaradamente al respeto creyendo, además, que estás asistido por todas las razones del mundo.
El siguiente tuit refleja a la perfección cómo se ha producido el desafortunado suceso esta tarde en Vista Alegre: