En la tarde de este miércoles en Bilbao se vivió uno de los momentos más bochornosos de la temporada cuando, en la faena de muleta al cuarto, un espectador lanzó un improperio contra Morante de la Puebla. «Estás muy gordo”, le dijo, algo que molestó sobremanera a un espada que, pese a estar aún renqueante de su lesión, había apostado por estar presente en el coso de Vista Alegre en su Semana Grande, pese a las dudas que podían surgir al respecto.
Morante tomó una tajante decisión: irse a por la espada y terminar de una vez con la faena. José Antonio no había tenido suerte con el lote más bajo de raza de una corrida de Juan Pedro Domecq, donde sobresalieron los importantes ejemplares de Alejandro Talavante. Nuevamente, el sevillano se iba de la plaza viendo cómo le tocaba pechar con el peor lote, desgraciadamente una constante en su carrera.
Lo cierto es que el pensamiento de José Antonio en ese momento fue: «Si me faltan al respeto, tampoco tengo yo por qué respetar«, y se fue a despenar con el acero al toro de Juan Pedro casi sin cuadrarlo, con toda la intención de acabar de inmediato. Y extraña este comportamiento en una afición tan respetuosa como la de Bilbao, una plaza donde el silencio es una de sus señas de identidad y en la que nunca la descalificación hacia un torero fue algo que se diera con mayor o menor frecuencia.
Lo que tiene gordo Morante son los
🥚 🥚 https://t.co/HV5k7aen1k— Marco Antonio (@_MARCOAGOMEZ_) August 23, 2023
Las redes sociales se llenaron de comentarios tras correr como la pólvora ese comentario descalificativo hacia un torero que guste más o menos se estaba jugando la vida delante de un toro. Por eso muchos fueron los que salieron a defender a José Antonio, prácticamente hubo unanimidad en este sentido, no podía ser de otra manera. Uno de los mensajes más elocuentes fue el vertido por el torero sevillano Marco Antonio Gómez: “Lo que tiene gordo Morante son los h…”.
Siempre se ha dicho que Bilbao cogió lo mejor de Sevilla y Madrid, una afición entendida, sensata y exigente a partes iguales, tres virtudes que la hacían, y la hacen, una de las plazas donde es imprescindible ver toros. Pero por desgracia maleducados hay en todas partes y ayer uno de ellos manchó a una afición que ni mucho menos comparte los comentarios vertidos por ese espectador. La mesura es importantísima en los toros, el saber medir los tiempos, de ahí que existían las broncas, esas que ayer se llevó un Morante de la Puebla que entendió perfectamente el cabreo de los tendidos.
Rafael Gómez ‘El Gallo’ y Curro Romero, dos frases a colación del hecho acaecido este miércoles en Vista Alegre
A propósito de este desafortunado comentario nos viene a la cabeza una genial frase de Rafael Gómez Ortega, ‘El Gallo’: “Las broncas se las lleva el viento, pero las cornadas se las queda uno”, decía. Un torero que provocaba entusiasmos delirantes, como cuando la faena a “Jerezano”, de Aleas, el 15 de mayo de 1912 en Madrid, y escándalos tumultuosos. Un torero que pasó a la historia por su forma de interpretar el toreo y de ver la vida. Eran otros tiempos donde la dureza de los públicos era tan que muchas veces llegaba a ser hiriente.
Otro de los toreros que también ha tenido que sufrir los desaires de los aficionados era Curro Romero, un espada que tenía a legiones de partidarios, pero también contaba con otros que veían en él la figura de un torero irregular y madoroso. Dentro de esos acérrimos partidarios los había unos que veían el vaso medio lleno y otros que se dejaban llevar por el desencanto, así tras una tarde en Sevilla, donde estaba dando una de sus clásicas espantás, cuando en el silencio de la plaza se rompió para escucharse un “¡Curro, el año que viene va a venir a verte tu puta madre…, y yo!”. Un comentario que aunaba la crítica hacia el torero y la esperanza por volver a verlo una tarde más.