José Antonio “Morante de la Puebla” es uno de los toreros que más efusivamente expresan sus sentimientos en la plaza. Tanto trastos en mano como sin ellos. Y la tarde de este lunes en Cuenca fue fiel ejemplo de ello.
El cuarto de la tarde, segundo de su lote, fue un animal de José Vázquez que salió burriciego, que estaba descordado y que no atendía al viaje que le planteaban los capotes de salida, por eso, en cuanto vio Morante su condición, mandó a su subalterno Juan José Trujillo a que lo capotease para percatarse de que, efectivamente, ese toro tenía ese defecto. Y se lo hizo saber en varias ocasiones al palco, dos de ellas de forma muy efusiva, pero éste no atendió su petición.
En el conjunto de la tarde, Morante de la Puebla dejó detalles despaciosos frente al enclasado pero endeble primero, al que trató con máximo temple en todo momento; frente a su segundo, llegaron momenntos más artísticos en una obra para el recuerdo, pero en la que una media estocada no sirvió para que el toro se echase rápido, lo que impacientó a parte del tendido. Finalmente, todo quedó en una ovación con saludos con división de opiniones.
Otra anécdota de Morante el pasado viernes en Almagro
Recordamos que también el pasado viernes, Morante de la Puebla dejó otra anécdota en Almagro, en un festejo que compartía junto a El Juli y José María Manzanares con toros de Zalduendo.
La tarde estuvo marcada por la sequedad del ruedo, ya que a pesar de haber sido regado en el inicio de la corrida éste proseguía soltando polvo. Tras la lidia del cuarto un operario salió con el camión a regarlo otra vez, pero se empeñó en hacerlo varias veces en el centro del ruedo, formando charcos. Al no querer cesar, Morante recriminó su actitud al conductor del camión, que en esa ocasión sí abandonó el albero.
En los últimos días, Morante de la Puebla ha hecho el paseíllo en cosos de la importancia de Bilbao en dos ocasiones, en la Feria de San Agustín de Linares, en la Feria de San Julián de Cuenca, en Tarazona de Aragón o en la Feria de los Remedios de Colmenar Viejo.