JAVIER
FERNÁNDEZ-CABALLERO
Once
novilleros heridos en lo que va de año en Las Ventas, pero la culpa no la tiene
el novillo de Madrid: la culpa la tienen las Ferias de más de tres corridas sin
novillada picada; la culpa la tiene un sector que no ha defendido a capa y espada
las novilladas en las zonas rurales; la culpa la tienen los festivales sin
novillero; la culpa la tiene, al fin y al cabo, el sistema. No echen la culpa al toro, que es el rey de
esto. Madrid no puede ser una plaza de oportunidad en la que corte una oreja
para que salgan cinco festejos más. A Madrid, con los deberes hechos. A
Madrid, a no estrellarse.
La
culpa no la tiene la empresa, ni el equipo veterinario, ni siquiera los propios
novilleros que salen a jugarse el bofe por ver un chavo en su porvenir. La
culpa la tiene un sistema que puede y debe luchar porque el estamento
novilleril jamás desaparezca porque entonces será cuando nuestra materia futura
peligre de verdad. Pero para eso no sólo hay que rasgarse las vestiduras ante
la sociedad, sino rascarse el bolsillo para que un pueblo de 2000 habitantes
pueda tener su par de novilladas en septiembre. Y ¡ojo! , adecuar, sobre todo,
ese bolsillo a las necesidades taurómacas de una localidad sin subvención para
dar toros. Porque también los aficionados
con alcaldes totalitarios merecen disfrutar de los novilleros
La
culpa no la tiene el novillo de Madrid, sino todos estos factores compendiados
en la falta de preparación de los jóvenes que salen a debutar en la primera
plaza del mundo a jugar o morir. A cara o cruz. A ser Dios o hundirse en la
miseria del olvido. Duro pero real. Y si
se culpabiliza al novillo de Madrid, el más serio del mundo, bajará el trapío de
su toro y, por ende, la importancia del primer escenario taurómaco del orbe. Es
así.
Es duro
contar, escribir e informar en las RRSS de once cornadas en lo que va de año en
Madrid. También hacerlo sabiendo lo de Teruel. Pero los percances, las cornadas,
las lesiones y los malos ratos también son parte de la Fiesta, y es de justicia
afirmar que también el novillo de Madrid es el que defiende las 6000 almas que
acuden cada domingo a Las Ventas.
No echen la culpa al novillo de Madrid. La
culpa es nuestra.
Defendamos las novilladas y no tendremos que lamentarnos cada domingo.
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO