Cuando uno quiere hablar de proyectos taurinos que llegaron a buen término, tiene que dirigirse por fuerza con Jesús Hijosa, alcalde de Villaseca de la Sagra desde hace ya un buen puñado de años. Y es obligatorio porque a este hombre sencillo, que gobierna un pueblo de casi 2.000 habitantes, se le ocurrió volver a la pureza, a la integridad y al compromiso, y también al respeto para los novilleros y sus cuadrillas -sí, también a las cuadrillas-. El resultado, el Alfarero de Oro, que este lunes, 4 de septiembre, comenzará la celebración de su XXIII edición, para la que ya está todo preparado.
Pero todo ello tuvo un primer paso, y uno se pregunta si a los que parieron el evento les ha sorprendido hasta dónde han llegado. «Si te digo la verdad», se sincera Hijosa, «nunca pensé de pasar de un certamen regional, importante en esta zona, pero sobre todo que hiciera las cosas bien; que se preocupase por la integridad del novillo, de la variedad de encastes, de mostrar las distintas formas de la lidia según la tipología de cada toro… Eso se fue consiguiendo año a año, pero lo que fuimos consiguiendo, además, es que el prestigio del certamen fuera aumentando exponencialmente. Eso no lo esperábamos entonces», recuerda Jesús.
Sobre todo porque -dicho está- se contaba únicamente con los recursos de un pueblo muy taurino, muy aficionado al toro en la calle, a los encierros, pero sobre todo con gente comprometida con el proyecto y con hacer las cosas bien. «Creo que es por eso por lo que hoy en día recibimos a personas de todas las provincias que vienen a ver los festejos», asegura Jesús, siempre convencido de la bondad del proyecto poara sus vecinos. «Durante estos días puede cuadruplicarse la población del municipio, y los visitantes siempre son sinónimo de riqueza para la localidad. Eso significa que el certamen, al que cada año le ponemos todo el cariño, nos devuelve con creces lo que invertimos en él. Y hasta nos pone en el mapa…», sentencia misteriorso.
Convenio con la Diputación de Toledo
Lo he pillado en el coche, de regreso a casa, y algo había detrás de ese viaje. Merecía la pena indagar por la respuesta que nos encontramos. «Efectivamente», respondió Hijosa a mi pregunta sobre la posibilidad de convertir el certamen en Bien de Interés Turístico. Por ahí iban los tiros. «Vengo de firmar un acuerdo con la Diputación de Toledo para apoyar los festejos de Villaseca y caminar en este sentido. En cuanto termine esta edición del Alfarero nos pondremos manos a la obra, comenzando por los encierros, que son más antiguos, y continuando con el Alfarero, tanto de Oro como de plata, que comenzaron más tarde», explica Hijosa. Y no es de extrañar. Hoy por hoy no hay un novillero que quiera ser gente en el toro que no se haya curtido en el ruedo de Villaseca.
El alcalde no sólo lo sabe, sino que está orgulloso de ello. Matadores de toros de alternativa y los más granados novilleros del panorama nacional tienen a Villaseca y su Alfarero entre los tres certámenes más importantes del mundo. «Mira si tendrá importancia el Alfarero, que casi le cuesta la alternativa a Roca Rey…», expone Jesús. Y es cierto. Cuando el peruano participó en el certamen manchego estaba cuajando una extraordinaria faena que ya llegaba al epílogo. Lo demás nos lo recuerda Jesús. «José Antonio Campuzano le dijo a Andrés que se aliviase en el final e faena, que ya estaba todo hecho. El chaval se dio la vuelta, lo miró y le dijo que así nunca sería Roca Rey. Y recibió una cornada que a punto estuvo de arruinarle la alternativa, programada para Nimes unos días depués». Cuantos estuvieron allí, aún lo recuerdan.
Pero también recuerdan la deleznable huelga de banderilleros de la UNPBE que sufrió el Ayuntamiento hace un par de temporadas por buscar la forma de reducir los costes del espectáculo. El problema con el que se encontraron es que Hijosa no es un taurino común, sino el alcalde de un municipio que tiene que dar cuenta a sus votantes del dinero que invierte y de cómo lo hace. «El mundo del toro tiene demasiadas cosas que mejorar para que el espectáculo sobreviva, pero nadie quiere perder su parcela de poder o de derechos adquiridos. Me parece normal. Lo que no me lo parece tanto es que me digan cómo tengo que utilizar los recursos de mis vecinos. Por eso me pareció la negociación la forma más lógica de hacer las cosas, pero…». Sinceridad. La lleva Jesús por bandera como a su propio pueblo.
Las predicciones del alcalde en el Alfarero 2023
Por eso quiere mojarse pero no lo hace cuando le preguntamos por los favoritos de este año. «Hombre, afortunadamente, este año tenemos los mejor de la novillería en el certamen: Molina, Tristán,,, hasta Cerrato, que con todo lo nuevo que es ya tiene sus logros. Todo puede pasar, eso es lo bueno del Alfarero». Y lo mismo ocurre con las ganaderías, que siempre son de encastes diversos, pero suelen repetir las que mejor juego ofrecen en el certamen anterior. «Baltasar Ibán, Montealto… Son ganaderías que no suelen fallar y que están en muy buen momento. Cualquiera de ellas puedce resultar triunfadora».
En cuanto a lo hecho, Jesús lo tiene claro, es verdad. Pero, dentro del ruedo, en lo que se refiere al espectáculo, ¿hay algún aspecto que se pone como meta? «Claro», responde con rapidez. «Necesitamos darle a la suerte de varas un mayor protagonismo, y eso tenemos que ir consiguiéndolo poco a poco, porque los novilleros son reacios a colocar a los novillos más de una o dos veces al caballo, y es una parte muy importante del espectáculo. Lo conseguiremos», afirma. ¿Igual que la declaración de Bien de Interés Turístico? «Por supuesto…», responde entre risas. Y nadie duda de que lo hará.