Juan Ortega, Pablo Aguado y Tomás Rufo trenzaban el paseíllo este domingo en la plaza de toros conquense de Motilla del Palancar. Se lidiaba un encierro de Alcurrucén.
Juan Ortega abrevia con el parado primero de Alcurrucén
Saludó Juan Ortega al primero en el tercio, un toro bien hecho y con kilos de Alcurrucén, que fue frío de salida haciendo gala a la condición propia del encaste. Además, blandeó en los primeros tercios. Con la muleta, Juan Ortega decidió pasaportarlo tras probarlo mientras soplaba el vendaval. Silencio.
Pablo Aguado sella una faena de plena naturalidad con el buen segundo
El segundo, un albahío bien hecho de Alcurrucén, metió la cara en el capote de Pablo Aguado, que le firmó verónicas con gusto y suavidad, pese a que seguía soplando el viento. Tras pasar por el caballo, el animal siguió metiendo la cara en el quite por chicuelinas de seda que le recetó Aguado. Se dobló con él donde se paraban los papelillos para proponerle muleta a media altura por la derecha, por donde dejó muletazos de clase y suavidad. Menos claro lo vio por el izquierdo y volvió al derecho para cerrar una gran labor, presidida por la suavidad y la naturalidad. Enterró más de media y tuvo que recurrir al verduguillo. Oreja.
Tomás Rufo cuaja al buen tercero, pero lo pincha y todo queda en una oreja
El toledano selló una templada e inteligente faena al gran tercero, al que dejó grandes momentos por ambos pitones en una faena muy rotunda que terminó con un arrimón en cercanías.
La pinturería de Juan Ortega desoreja al humillador cuarto
Abrochado de pitones y en el tipo de la casa era el cuarto, que fue blandón en los primeros tercios, aunque tenía la condición de querer humillar. Llegó a la muleta muy justito, pero mantuvo su condición humilladora, de pedirlo todo por abajo, protestando siempre que los vuelos iban hacia arriba. Juan Ortega encontró el secreto y dejó la muleta puesta para destapar el tarro de las esencias en una faena llena de pinturería, clasicismo y toreo añejo en la que el sevillano disfrutó las embestidas por abajo que le regaló el Núñez. Hubo mucho gusto en los muletazos por el derecho, pero también en los pases de pecho y en los remates por bajo. Enterró el acero a la segunda para cortar dos orejas.
Labor de esfuerzo y compromiso de Pablo Aguado, que desoreja al quinto
Frío de salida fue el hondo y bien hecho quinto, que impidió el lucimiento con el capote. A la muleta llegó con la embestida descompuesta, pero con movilidad y empuje. Pablo Aguado tiró de esfuerzo y compromiso para ponerse con él y sacarle muletazos de mérito a base de llevarlo muy tapadito. Pudo dejar su selló personal por momentos. Enterró el acero al segundo intento.
Rufo cierra la tarde con dos orejas al sexto
Tomás Rufo cerró la tarde con dos orejas al sexto. El toro fue complicado y no regaló las embestidas y con él Tomás estuvo dispuesto y gustó mucho en cercanías. Dos orejas.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Motilla del Palancar, Cuenca. Corrida de toros. Media entrada en tarde muy ventosa.
Toros de Alcurrucén.
Juan Ortega, silencio y dos orejas.
Pablo Aguado, oreja y dos orejas.
Tomás Rufo, oreja y dos orejas.