Uceda Leal, Joaquín Galdós y Diego Carretero trenzaban el paseíllo con toros de El Pilar con motivo del Día de Castilla-La Mancha en la plaza de toros cubierta de Tobarra a partir de las cinco y media de la tarde.
El toreo clásico, el que no pasa de moda, fue el que recetó Uceda Leal al buen primero, animal pronto y con movilidad, que persiguió las telas del madrileño, aunque perdía fuelle en los finales del muletazo. Hubo torería con desmayo, con remates y cambios de mano para saborear muy despacio. Cerró la faena muy torero, con ayudados por alto. Pinchó en la primera entrada y cobró una buena estocada al segundo intento.
Galdós exhibió su buen manejo de capote con la elegancia con la que toreó al segundo, de nombre «Alambrisco». Lo toreó especialmente bien a la verónica en un quite rematado con una media que tuvo sabor. A los medios se salió para dar distancia y comenzar faena con dos series iniciales muy rotundas por el pitón derecho en las que el de El Pilar se desplazó haciendo el avión, lo que aprovechó el peruano para ligar a placer. Le dio tiempo y distancia sobre todo en el primer muletazo de cada tanda. Por el izquierdo trazó más los muletazos uno a uno, ralentizando aún más la embestida y reduciendo las distancias. Se la dejaba en el morrillo para tirar de él bajando la mano y llevándolo largo. Se fue a por la espada mientras comenzaba a pedirse el indulto desde el tendido. Siguió toreando Galdós en los medios y respondió el de El Pilar persiguiendo las telas con codicia y repetición pese al largo metraje de la faena. La petición de indulto arreciaba cuando Galdós se perfilaba para entrar a matar, el tendido era un clamor. Finalmente, con el visto bueno del ganadero, la presidencia sacó el pañuelo naranja.
Gran variedad con el capote demostró Diego Carretero con el tercero, al que recibió con una larga cambiada desde el tercio y toreó después por chicuelinas. Con la muleta, comenzó doblándose ante un astado repetidor, que se desplazaba largo buscando la pañosa y humillando sobre todo en los primeros compases. Lo toreó Diego Carretero por ambos pitones encajando la figura y ligando los muletazos con despaciosidad. Por alto cerró el trasteo a otro animal muy completo de Moisés Fraile. Lo mató a la segunda tras un pinchazo.
El bizco cuarto, con el viaje más corto, fue un toro más parado en la muleta. Perdió las manos en varias ocasiones sobre todo en los primeros momentos de la faena. Lo aguantó Uceda cuando se quedó parado, citándolo con un toque fuerte y fijador para intentar trazar muletazos sin finales por la condición del animal. Tuvo que recurrir al descabello en la suerte suprema.
Por chicuelinas de mano baja toreó Joaquín Galdós al quinto con el capote. Un momento de apuro vivió Ismael González, cuando el toro lo prendió por el vientre frente a tablas por fortuna sin males mayores. Muy asentado, con el mentón en el pecho, corrió la mano Joaquín Galdós en las tandas iniciales para desplazar al noblón animal de El Pilar, que llevó la cara a media altura y dictó los terrenos en la faena. Junto a tablas, le exprimió el peruano los muletazos especialmente por los adentros. Tragó mucho, lo que le llevó a vivir un momento de apuro en las postrimerías. Usó los aceros con acierto.
Rotundo fue el inicio de faena de Diego Carretero al sexto, quedándose en el sitio y girando sobre sí mismo para ligar los muletazos ante la repetición del animal. Lo toreó también al natural, por donde embistió bajando la cara y con clase, pero sin llegar al final de cada pase. Fue a menos el de El Pilar, llegando muy justo al final del trasteo. La estocada fue por sí sola de premio.
Plaza de toros de Tobarra. Corrida de toros con motivo del Día de Castilla-La Mancha.
Toros de El Pilar. Destacó especialmente el segundo, de nombre «Alambrisco», con movilidad, repetición, transmisión y duración, al que se le perdonó la vida. Buena condición tuvieron tercero y sexto, mientras que el lote de Uceda Leal fue el más deslucido.
– Uceda Leal: oreja y silencio.
– Joaquín Galdós: indulto y oreja.
– Diego Carretero, oreja y dos orejas.