Los hombres de campo siempre deben estar alerta para evitar posibles peleas en los cercados donde se encuentran los toros y novillos a lidiar durante la temporada. El manejo diario y el contacto con ellos ayuda a que respeten tanto a vaqueros como a mayorales. La voz hace mucho, aunque los animales ya les reconozcan por el olor. Estos hombres de campo ya sabe cuáles son los toros problemáticos de la camada, de ahí que desde chicos los tengan atados en corto para que no hagan de las suyas.
La chispa puede saltar en cualquier momento, más si cabe cuando los animales se van rematando; los que estaban sometidos por tener un volumen menos, ahora puede que se rematen antes y cambien las tornas. El cambio de tiempo siempre es un factor determinante, pero con la llegada de la primavera y la subida de las temperaturas las peleas se recrudecen al estar el animal en su máximo expendedor.
“El toro es un animal muy sensible, fíjate, que prevé los cambios de presión días antes de que nos pasen, debido a que es un animal poco sociable y con jerarquías poco estables, lo que le hace emprender una lucha por la dominancia”, nos comentó en su día Julio Fernández, reputado veterinario que lleva toda su vida trabajando junto al animal bravo. El cambio de tiempo, la entrada de nuevos hermanos en el cercado, el olor a vaca en los cercados cercanos… todo influye para que se encienda la mecha y vengan las temidas peleas entre hermanos.
El problema no radica tanto en un enfrentamiento uno contra otro, ya que gracias a las fundas no hay cornadas, pero sí puede haber rotura de huesos o hernias cuando el golpe es certero, sino en la aparición de un tercer hermano que decante la pelea. Este suele ser siempre el que entra por detrás, desestabilizando al oponente y haciendo que uno de sus hermanos tome ventaja respecto al otro; ahí es cuando el enfrentamiento se pone serio de verdad.
En este vídeo ofrecido por la cuenta de Instagram de la ganadería abulense de José Escolar, vemos como dos astados de imponente presencia comienzan a medirse para más tarde entrar en batalla. Una pelea que dura poco al volver ambos a recular y poner el freno de mano. Empiezan a olerse, a echar la cara abajo y a mover la cabeza, parece que ese feroz comienzo ha dado paso a una tregua. Por la duración del vídeo no llegamos a saber si volvieron a enzarzarse o si la pelea acabó con ambos en una parte del cercado.
Unas imágenes, que por el color de la tarde y el verdor del campo debió grabarse el pasado invierno, unas imágenes de dos toros de la camada de 2023, ejemplares de gran trapío y unas hechuras acordes al encaste del que proceden. Uno de ellos, el número 58 estaba entre los reseñados para lidiarse en la plaza de toros de Ceret el pasado 16 de julio, mientras que el otro ejemplar, al mostrar únicamente el costillar izquierdo, no podemos saber el número con el que estaba herrado, y, por lo tanto, la plaza donde se podía haber lidiado.
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