Los toros del hierro salmantino de Garcigrande inicialmente anunciados para la corrida del domingo 17 de septiembre en el Coliseo de Nimes finalmente no podrán lidiarse por problemas sanitarios, según ha hecho público la empresa Simón Casas Production en un comunicado en la mañana de este jueves. Así, estos toros serán sustituidos por un lote integral de la ganadería de Victoriano del Río, quien ha recibido la validación de las autoridades veterinarias.
En el festejo, están anunciados El Juli -en su despedida de este coso en el que tomó la alternativa hace 25 años-, Tomás Rufo -en sustitución del convaleciente Morante de la Puebla- y el todavía novillero Solalito, que tomará la alternativa en este festejo.
El motivo por el que no se lidia la corrida de Garcigrande es el de la intromisión del virus llamado del «mosquito» -enfermedad hemorrágica epizoótica– que está obligando a algunos ganaderos a tomar medidas, algo que ha dejado al hierro gestionado por Justo Hernández sin poder embarcar ninguno de los animales que tenía reseñados para una plaza tan importante como Nimes. Recordamos que, hace justo un mes, otros hierros como El Parralejo también se vieron obligados a pasar por el mismo trance, en este caso sin poder embarcar el encierro que tenían preparado para Dax.
¿Cómo se sabe si una ganadería está afectada?
Esta enfermedad no se transmite de animal a animal, sino que tiene que ser por la propia picadura de esta animal que está trayendo de cabeza a muchos ganaderos de Andalucía, Extremadura y de la provincia de Salamanca. ¿Y cómo se sabe si una ganadería u otra está afectada? ¿Se puede embarcar un toro y otro no? El conocimiento de toros positivos se les notifica a los propios ganaderos poco antes de embarcar al realizarles una PCR a los animales una semana antes del embarque, como exigen las autoridades francesas.
Por el momento no se conocen más ganaderías que hayan sido afectadas por este mosquito y que se vieran obligados a dejar sus animales en tierra. Sin duda alguna un problema más para unos ganaderos que han sufrido una pandemia, han visto cómo los costes se disparaban, las materias primas subían de forma exponencial y por si fuera poco, están sufriendo un largo periodo de sequía. Ahora la llegada de este mosquito es un palo más en la rueda hacia unos ganaderos que llevan mucha carga a sus espaldas.