Llegaba el momento de la despedida de Francia de Julián López ‘El Juli’, que realizaba desmonterado su último paseíllo en Francia, en el mismo ruedo donde tomaba la alternativa hace 25 años y para darle la suya a Solalito, que tenía como testigo a Tomás Rufo en Sustitución de Morante de la Puebla. También la corrida hubo de ser sustituída, pues un problema sanitario hizo que no fuera la inicial de Garcigrande, sino una de Victoriano del Río la que estaba en los chiqueros mientras la plaza en pie aplaudía el paseíllo de Julián -Rufo y Solalito le dejaron que se adelantase para recibir el homenaje- en una emotiva tarde.
Un pinchazo deja en vuelta al ruedo el premio de Solalito con el toro de su alternativa
El toro de la ceremonia de Solalito fue un toro bajo, bien hecho, bizco de pitones, pero serio de presencia, al que el galo saludó con verónicas y alguna chicuelina intercaladada, aprovechando su movilidad y buen ritmo. Cumplió en toro en el caballo, aunque sin mucho castigo. Un quite por chicuelinas y tafalleras de Solalito, rematado con una revolera, lució mucho de cara al tendido abarrotado. Bridnó a sus padres un toro que tenía prontitud, fiereza, humillación y buen viaje. Buenas fueron las cuatro tandas con la diestra con que se fue metiendo en faena, por abajo y con profundidad. Menos empleo tuvo el toro al natural, por lo que Solalito dejó en una serie su bagaje zurdo. Epilogó con unas manoletinas y lo mató de pinchazo y estocada trasera por los que el premio se quedó en una vuelta al ruedo tras aviso.
El Juli tira de magisterio para poner en ritmo y cuajar al segundo bis, al que desoreja
El flojo segundo fue devuelto y en su lugar salió un toro del mismo hierro, frío de salida y sin decir nada en el capote de Julián ni en los primeros tercios en general. Brindó Julián el toro a sus padres, que ocupaban una barrera, y por abajo le fue sacando el fondo de nobleza hasta que estuvo en condiciones de torearse. Lo hizo con cuatro series sobre la diestra que dejaron claro cuál es la forma de lidiar a un animal remiso cuando tiene fondo. Otro par de tandas sobre la mano izquierda dejaron en el tendido las ganas de má, y a pesar de un espadazo defectuoso el madrileño paseó las dos orejas de su primer toro en su última tarde en Nimes.
El palco del Coliseo le niega el rabo a Tomás Rufo tras una faena perfecta ejecutada al ralentí
El saludo de Rufo al tercero fue sencillamente espectacular, con una larga afarolada de recibo, un ramillete de verónicas ganado el paso y una media extraordinaria ganándose al tendido. Tenía clase y ritmo, pero eso no lo sabía Tomás cuando lo vio que son se empleaba en el penco. Sí lo hizo en el inicio de muleta por alto, que remató con un trincherazo espectacular. Y por allí, por abajo, se fue empleando Tomás porque por allí se deslizaba el toro, al que fue cuajando con rotundidad en cuatro series diestras de gran calado. Sobre la izquierda llegó lo más caro, pero también lo más exigente con el buen toro. La última serie, con la mano derecha y sin ayuda, fue se manicomio en el Coliseo, que se entregó de principio a fin a una faena perfecta que culminó con un espadazo entrando muy derecho. Todo al ralentí. Todo extraordinario. Una faena de rabo sin duda que el presidente no quiso conceder -pese a la fortísima petición- y dejó en dos orejas. Una de las dos faenas del año en esta plaza, junto con la de Morante en Pentecostés.
El Juli corta su tercera oreja de la tarde y abre la Puerta de los Cónsules
Al último toro de su carrera en Nimes lo mimó mucho El Juli en los primeros tercios, porque no se entregó en el capote del madrileño, que decidió compartir los palos en el tercio de banderillas con Solalito. Tardó el romper un toro que llegó muy apagado a la muleta, pero es que esa muleta era de El Juli. Por eso se dedicó a demostrar cómo se torea cuando uno está muy metido en una tarde tan especial y en una de sus plazas. Por eso, a pesar de una estocada defectuosa, el tendido le concedió una oreja para terminar su etapa en esta plaza con una Puerta de los Cónsules.
Tomás Rufo se pega un arrimón con el quinto a menos y saluda una ovación
El quinto se fue por donde vino por inválido, y lo sustituyó un sobrero de Virgen María bajo y de buena hechura que embistió humillado en las verónicas del saludo de Tomás Rufo, rematadas con una revolera muy vistosa. Quitó por chicuelinas Solalito después de los dos puyazos reglamentarios, pero ya se encontró con protestas Tomás Rufo en el inicio de faena. Era tarde en la embestida, pero humilló en cuanto se impuso el manchego, con dos buenas tandas sobre el pitón derecho. Nunca se entregó, sin embargo, por el pitón izquierdo y se fue apagando poco a poco hasta que tuvo que acortar las distancias un Rufo al que los pitones le tocaban la taleguilla. Una estocada defectuosa dejó el botín en una ovación.
El nuevo matador Solalito cierra plaza y feria cortando una oreja
Al cierraplaza lo saludó Solalito con verónicas de buena fábrica. Cumplió el toro en el caballo y brilló el nuevo matador con las banderillas. Comenzó la faena de muleta con dos cambiados por la espalda y le ofreció espacio al animal para aprovecharle las inercias. Los naturales fueron muy despacio porque tenía clase el animal, pero de repente bajó la persiana y se negó a embestir más. Fue entonces cuando le pegó una estocada en muy buen sitio que le valió una oreja.
FICHA DEL FESTEJO
Arenas de Nimes, Francia. Último festejo de la Feria de la Vendimia, corrida de toros. No hay billetes.
Toros de Victoriano del Río, de impecable presencia. Con prontitud, fiereza, humillación y buen viaje, el primero; noble y con fondo el segundo; con clase y ritmo el tercero; noble y con fondo sin fuelle el cuarto; humillador sin fuelle el quinto; con clase pero sin duración el sexto.
El Juli (sangre de toro y oro): dos orejas y oreja.
Tomás Rufo (gris plomo y oro): dos orejas y ovación.
Solalito (blanco y oro): vuelta tras aviso y oreja.
FOTOGALERÍA: MURIEL HAAZ
