Anunció su vuelta allá por diciembre del pasado año, pero conforme fueron pasando los meses vio cómo las puertas del las principales ferias se le cerraban de par en par. Un espada que había decidido volver a los ruedos para seguir intentando escribir nuevas páginas en una carrera plagada de grandes faenas. Una carrera de casi 20 años de matador de toros que quiso cerrar en un 2019 donde ya se empezaban a atisbar nuevos valores de la tauromaquia que ahora ocupan puestos de privilegio.
Un espada con una gran mano izquierda, esa que le dio triunfos de incontestable valor a ambos lados del charco. Pero el de Salteras no vivió despegado del toro, seguía tentando y toreando sus 4 o 5 festivales a lo largo del año para intentar matar el gusanillo, pero este cada vez se hizo más grande, tal fue así que decidió reaparecer esta temporada de la mano de Santi Ellauri y Pedro Rodríguez Tamayo.
De entre todas esas plazas que supuestamente le abrían sus puertas para anunciarlo en sus ferias, únicamente Sevilla cumplió su palabra para darle una tarde en el abono. Valencia, Castellón o Madrid lo acabaron dejando fuera. El Cid no acusó el golpe y se preparó a conciencia para Sevilla, plaza donde triunfaría tras dar una vuelta al ruedo en el toro de su reaparición y cortarle una oreja al segundo de su lote.
Tras ese triunfo tampoco sonó el teléfono, y si lo hizo fue con proposiciones que ni siquiera se valoraron. Un vacío que nadie entendía, más si cabe con un torero que venía de triunfar en una plaza tan importante como La Maestranza. Si una vuelta al ruedo y una oreja con una corrida de la exigencia de Sevilla no vale para entrar en las ferias programadas durante el verano… apaga y vámonos. Pese a ello, Manuel siguió preparándose como si el teléfono llevara sonando todo el año, como si cosos de la entidad de Nimes, Pamplona, Mont de Marsán o Santander hubieran apostado por él.
Se suele decir que Dios aprieta pero no ahoga, algo que se pudo corroborar cuando en pleno verano salieron los carteles de Albacete anunciando a Manuel con la corrida de La Quinta. Una tarde donde rayó a un nivel excelso cuajando a un cuarto de la tarde premiado con la vuelta al ruedo, pero al que lamentablemente pinchó, sin duda, su talón de Aquiles durante su carrera. Una tarde donde paseó una oreja del primero tras gustarse a zurdas, pinchando la faena de la feria ante el gran ‘Limonero’.
Luego vendrían dos plazas de menor entidad para proseguir su buena racha. En Tarifa indultaría a un bravo ‘Harpía’ de Fuente Ymbro en una tarde donde le acompañaron en el cartel Manuel Escribano y Manuel Ponce, espada que tomaba esa misma tarde la alternativa. Su tercera corrida de la temporada tuvo lugar en el coso segoviano de El Espinar, plaza donde se lidiaba un desafío ganadero entre los hierros de Adolfo Martín y Pedraza de Yeltes. Festejo donde saldría en volandas tras pasear las dos orejas del quinto de la tarde en la que dejaría nuevamente tu poso.
Un escaso bagaje para un espada que ha dejado grandes sensaciones en las cuatro corridas de toros que ha toreado, de ahí que no se entienda que los distintos empresarios no descuelguen el teléfono para contratarlo. Un torero que únicamente pide el hueco que se ganó este año, ya luego juzgaremos el nivel mostrado cuando salga el de los rizos, de momento no ha dado ningún motivo para dejarlo en el banquillo.
Por delante no hay programada ninguna corrida de toros para rematar la temporada, eso sí, el de Salteras si estará anunciado en un festival muy particular en la plaza de toros de Segura de la Sierra. Se trata de un coqueto e histórico coso ubicado en el patio de armas del castillo de la localidad jiennense el próximo día 8 de octubre, tarde donde presumiblemente rematará un 2023 donde ha rayado a un gran nivel cuando le han dado la oportunidad que venía demandando.