SEVILLA

Sebastián Castella: El «Príncipe» que quiso reinar


sábado 30 septiembre, 2023

El francés cortó un total de tres orejas a un lote exigente y de mucho fondo de la divisa madrileña. Roca Rey porfía con un lote de escaso juego mientas que Talavante pasa de puntillas en una tarde gris.

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Sebastián Castella, Alejandro Talavante y Roca Rey hacían el paseíllo, este 30 de septiembre, en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla dentro de la segunda de la Feria de San Miguel. Se lidiaban toros de Victoriano del Río.

Castella pasea la oreja del emotivo primero bis

’Soleares’ llevaba el primer sobrero del festejo, un toro largo y fino, pero algo montadito, un astado que pese a salir suelto embistió con ritmo a derechas en un largo y variado saludo capotero. Cinceló verónicas y chicuelinas ante un ejemplar que pese a no acabar de humillar si tomó la capa con largura. Acometió con prontitud y entrega en dos buenos puyazos de Manuel Bernal. Fundamental fue la gran lidia de Viotti en un tercio de banderillas donde saludaría un José Chacón al que el propio Castella le brindó la muerte del encastado animal. El de Victoriano acometió con celo en un inicio genuflexo del francés, siempre abriéndole los caminos y pulseando al animal. Un astado que hasta que no perdió su fuelle no embistió con temple. Las primeras tandas por el lado derecho fueron un toma y daca, muletazos ligados, pero faltos de ese temple que sí vino a zurdas. Por ahí el animal la tomó con mayor ritmo, templando Sebastián esas embestidas profundas y entregadas. El francés tapó defectos y potencio las virtudes de un astado con fondo. Pese a amagar alguna que otra vez con tirar la toalla, el de Victoriano acabó por no hacerlo y embestir casi gateando cuando Castella lo llevaba pulseado. Volvería a derechas para cerrar su labor con una serie que caló en unos tendidos entregados a una obra que sería premiada con una oreja tras un pinchazo previo.

Silenciado un discreto Talavante con el desfondado segundo

Se mostró fría la Maestranza con Talavante desde que este se abrió de capa en un recibo donde lo llevó más templado por el pitón izquierdo. Un animal que embistió de forma desigual al jaco y que apretó en un tercio de banderillas en el que saludaron Miguel Murillo y Manuel Izquierdo. Comenzó su labor por alto para más tarde buscar rápidamente el pitón izquierdo. Por ahí buscó llevar largo a un toro que embistió de forma desigual, aunque mostrando cierta nobleza. El de Victoriano evidenció que no iba a estar sobrado de fuerzas, de ahí que se dependiera soltando la cara. Talavante viendo que el animal llevaba muy poco dentro, no apostó por este, dejando una faena plana y anodina. Tras pasaportar al astado sería silenciado ante un ejemplar pitado en el arrastre.

Silenciado Roca Rey con el rajado tercero

No tuvo suerte Roca Rey con el que hizo tercero, un animal hondo y enmorrillado que ya cantó su mansedumbre desde su salida por chiqueros. Un astado al que inteligentemente Andrés lidió de capa, abriéndole los caminos y enseñándole a embestir. Un animal que fue picado por el varilarguero que hacía puerta. Animal que iba y venía mostrando temperamento, pero sin quedarse en los chismes, algo que haría en una faena de muleta donde Andrés acortó en demasía las distancias ante un astado que se sentía más cómodo en la media distancia. El de Victoriano, con mejor inicio que final del muletazo, tuvo prontitud y chispa, pero perdía fuelle cuando pasaba por la jurisdicción de su matador. Por el izquierdo siempre se quedó debajo, imposibilitando ligar los pases. Faena plana y correcta de un Roca Rey que no acabó de estar cómodo ante un astado tan manso e informal.

Castella pasea las dos orejas del exigente cuarto y abre su primera Puerta del Príncipe

Decir que Castella se llevó el lote de la tarde no es faltar a la verdad, pero también hay que poner sobre la mesa que el francés apostó desde el primer momento por un toro que pese a sangrar mucho se vino arriba en la faena de muleta. Un animal que destacó por su prontitud, fijeza y entrega en los chismes, y al que Castella le buscó las vueltas en un trasteo donde tragó la intemerata ante un ejemplar bravo como un tejón y con ciertos cambios de ritmo. Acertó en distancias y alturas para llevar siempre empapado a un toro que iba hasta donde lo llevaba su matador. Vimos a un torero muy firme y centrado con un toro que repetía de forma incansable y al que había que llevar sometido en todo momento. Sebastián anduvo correcto a derechas y algo superado, por momentos, a zurdas en una labor donde hubo mando y gobierno, pero donde faltó cierto pulso ante un toro obediente y que siempre lo quiso todo por abajo en una labor sincera y entregada pero que no alcanzó el nivel esperado por todos ante un ejemplar de esa condición. Castella sudó la gota gorda en un trasteo donde este ligó los pases sin solución de continuidad, todo entre los terrenos del 2 y del 4. El francés expuso una enormidad, se puso en el sitio ante una embestida tan exigente, de esas que te sacan el aliento. Aguantó miradas, parones y algún que otro cambio de ritmo de un toro que de no estar a la altura te podía comer. Era difícil domeñar tal torrente de bravura, algo que Sebastián hizo pese a verse en algún momento con el agua al cuello, ello debido a esa embestida asilvestrada de un toro bravo por profundo y volcánico en sus embestidas. Una faena que finalizaría donde más cómodo se siente, en los terrenos del toro. Sevilla se entregó a toro y toreo en una labor que le llevaría en volandas camino del Guadalquivir en una Puerta del Príncipe como poco cuestionable. Sebastián lograba ese sueño que en otras ocasiones había tocado con los dedos sin llegar a conseguir, ese que hoy pudo por fin disfrutar un «Príncipe» que quiso reinar.

Silenciado Talavante con el desrazado quinto

No dio ninguna opción un quinto vacío de casta, un animal que ya evidenció desde su salida por chiqueros que no iba a querer irse tras los vuelos. Talavante contagiado de esa sosería, tiró las tres cartas en una faena plana y breve. Se quitaría al toro de encima con una estocada algo tendida para ser finalmente silenciado.

Palmas para la voluntad de Roca Rey con el parado sexto

El sexto fue otro toro con cierta nobleza, pero de embestidas desiguales, un astado que quiso más que pudo por su justeza de fuerza. Un astado que no se entregó de salida, llegando a la muleta con poca mecha. Roca comenzó ayudándolo, toreando por alto en un inicio de faena pegado a tablas. Las primeras tandas fueron limpias, siembre buscando torear en línea recta para no afligir a un toro muy medido de todo. Acertó en llevarlo a media altura, en no exigirle y buscar el muletazo hacia tablas para que este ganara en largura. Por el izquierdo el toro tampoco acabó de romper, dejando el peruano muletazos con buena intención pero sin la ligazón necesaria. Conectó más y mejor cuando acortó distancias, ahí entró más una parroquia que lamentaría los pinchazos dados por un toreo que se atascó en la suerte suprema.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Segunda de la Feria de San Miguel. Corrida de toros. No Hay Billetes.

Toros de Victoriano del Río. De gran entrega, ritmo y profundidad el importante primero bis; sin fondo ni fuerza el segundo; de manso e informal comportamiento el deslucido tercero; de gran entrega el bravo y exigente cuarto; sin un ápice de raza el desfondado quinto; con nobleza pero muy venido a menos en desrazado sexto.

Sebastián Castella, oreja y dos orejas.

Alejandro Talavante, silencio en ambos.

Roca Rey, silencio y palmas.

Incidencias: Saludó José Chacón en el primero, y Miguel Murillo y Manuel Izquierdo en el segundo.

FOTOGALERÍA: EDUARDO PORCUNA – MAESTRANZA PAGÉS.

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