José María Manzanares es uno de esos toreros que lleva varios lustros siendo base de las Ferias y defendiendo su estatus como figura. Tras tomar la alternativa en su Alicante natal el 24 de junio de 2004 de manos de Enrique Ponce y Francisco Rivera Ordóñez, ha conseguido, tras unos primeros años en el que no encontró su sitio, ser indiscutible en cada feria que se organiza en el circuito taurino.
Un torero que pese a ese posicionamiento en el escalafón, lleva un tiempo sin la regularidad necesaria para mantenerse en ese lugar de privilegio. A eso se deben las múltiples lesiones de espalda, las cuales no le han dejado torear con regularidad, esas que llevan condicionando a un torero que este año ha conseguido tardes importantes y otras donde no alcanzó el nivel esperado.
El alicantino está viendo como esos toreros que han compartido tardes con él los últimos 20 años van enfilando el camino de la retirada, dejando cada vez más solo a un torero que ya este año se vio obligado a partir plaza en muchas de las corridas donde se anunció. A la retirada de Julián López ‘El Juli’ hay que sumarle las dudas sobre José Antonio Morante de la Puebla de cara a un 2024, donde se prevé que cambie su planteamiento de la temporada.
En este punto y hora, pese a los rumores sobre una posible vuelta de Enrique Ponce, nada hay oficial sobre ello, por lo que sería otro nombre más a tachar de la lista, al menos hasta pasado el mes de mayo. En plazas de máxima categoría, otros toreros como Finito de Córdoba o David Fandila ‘El Fandi’ han desaparecido de las mismas, anunciándose puntualmente en cosos como Córdoba o Madrid.
Luego hay otra serie de espadas con los que sí se podría contar para partir plaza, esos que salen de la baraja formada por Uceda Leal, ya lo hizo en Madrid con Morante, Diego Urdiales, torero muy del gusto de la afición anunciado en las principales ferias, Antonio Ferrera, torero con un concepto muy particular del toreo, Curro Díaz, torero de una gran personalidad o Sebastián Castella, espada que ha partido plaza en un número importante de festejos donde toreó el alicantino.
Pero Josemari debe ser consciente que no puede apoyarse siempre en toreros veteranos, sino apostar por abrirle plaza a otros de notoriedad y años de alternativa que están en boca de todos los aficionados. Manzanares sabe que su carrera no se alargará en exceso, de hacerlo, tendría que ser ocupando un lugar distinto, ese que estaría más encaminado a partir plaza, reducir su presencia -número de tardes- y darle cabida a toreros más jóvenes en sus carteles. Por eso debe saber dar los pasos indicados y ocupar el lugar que le corresponde como torero veterano en el escalafón, readaptando su calendario e ir amoldándose a aquello que poco a poco van exigiendo los nuevos tiempos.
Por todo ello, como dijimos antes, debe replantearse una temporada donde ya no estará respaldado por un espada con el que compartió un número ingente de paseíllos durante todos estos años, ese con el que se recorrió media España en carteles donde unas figuras arropaban a otras y donde el partir plaza era poco más que una quimera. Por todo ello, al camino emprendido en 2023 debe darsele continuidad en la temporada venidera.