El novillero vallisoletano Daniel Medina fue el gran triunfador de la pasada Feria de novilladas del Zapato de Oro de Arnedo, un ciclo que ha dejado nombres interesantes y del que se ha alzado como propio Medina. Tras ello, ha atendido a Cultoro para narrar sus sensaciones: “Estoy muy contento de haber podido ganar el Zapato de Oro de Arnedo. Es uno de los premios que tienen más prestigio tienen. Todos, desde que empezamos de pequeños, nos imaginamos la relevancia y la suerte de algún día poder tener el Zapato de Oro; ahora ese sueño se ha hecho realidad”, expone el joven.
“Fue una tarde muy especial desde que me vestía. En la plaza se vieron reflejadas esas sensaciones”, añade. El primer novillo “fue de una clase excepcional. Había que hacerle todo muy preciso y requería concentración especial. No estamos habituados a torear ese tipo de encastes y viví la faena de forma muy intensa. Cuando embisten bien, esos animales son de soñar con ellos”.
El segundo de Adolfo “fue un animal al que le faltó un poco de fuerza. La condición era buena, pero ese defecto le hizo no poder tirar hacia adelante. Fue un novillo bueno pese a no tener fuerza. Lo pinché, además, y eso me hizo perder otro premio”, recuerda.
El sábado torea en Zaragoza la novillada de Santafé Marton: “Estoy con muchas ganas e ilusión de poder torear en La Misericordia, además de muchas ganas de dar a ver a la gente que el Zapato de Oro no ha sido casualidad”, concluye.