CAMPO BRAVIO

Un semental de Cebada Gago ‘la forma’ violentamente cuando le quitan su harén de hembras: así lo calman


domingo 29 octubre, 2023

Ésta es una faena que entraña mucho riesgo debido a la querencia que suelen tener estos animales con el hato de vacas, en este caso de Cebada Gago.

Toro
Un toro en una imagen de archivo. © Pablo Ramos

Ser ganadero de bravo va mucho más allá de ser un simple criador; ese nombre tiene detrás una gran responsabilidad por continuar el legado que tomaron de sus ancestros. La evolución de la ganadería la van marcando esas vacas que el ganadero va a probando en la selección de la tienta y esos sementales que se ganan la vida en el ruedo. Los sementales tienen un gran peso en la vacada, de ahí que esté muy exigido durante los meses de cubrición.

Dependiendo de la zona y el clima del entorno de la vacada, pueden llegar a variar el tiempo de las parideras, que es cuando las vacas dan a luz a sus becerros, comenzando así a contarse el tiempo desde el nacimiento del primero hasta el último, rondando los meses de septiembre a mayo. En este caso nos encontramos con un semental de repaso, cuya labor es reconocer a las vacas que no se han quedado preñadas y conseguir cubrirlas para así aumentar el número de becerros/as en el año.

En este reportaje emitido por los compañeros de Toros para Toros en la ganadería gaditana de Cebada Gago se va a proceder a sacar un semental de su lote de vacas, algo nada fácil por la querencia que el toro tomó con ellas. En este caso los vaqueros y el mayoral van preparados por si el animal decide volverse al lugar donde ha pasado los últimos meses. En este caso es un semental de repaso, un toro que no lleva con ellas desde el otoño, sino que entró a última hora para intentar montar a ese número de vacas que quedaron sin cubrir.

El problema que se encuentran los hombres de campo es la presencia de una vaca en celo, algo que podría dificultar dicha labor al no querer -el semental- despegarse de ella. Se trata de un cercado amplio y ondulado, algo que facilita el trabajo de los vaqueros, pero con el toro bravo nunca hay que fiarse. El lote es amplio, y lo importante es que se mantenga unido. La maña y la pericia del mayoral son fundamentales para conseguir llevar al toro por donde ellos quieren y no por donde el animal mande.

Una faena que ha de hacerse sin violentar al toro, haciéndole ver la mejor opción para llegar a su nuevo cercado. Por fortuna todo salió bien, yendo el semental, acompañado en todo momento de los bueyes y de un número pequeño de vacas que se han colado entre la parada de cabestros. Una vez en los corrales, el toro volverá al cercado con el resto de sementales para ganar peso y volver en otoño, si así lo decide su ganadero, a cubrir un lote más amplio.