Hablar de Miura es hacerlo de una ganadería señera, un hierro que en 2022 cumplió 180 años de historia y que en pleno Siglo XXI sigue al pie del cañón gracias a una familia ganadera que ha sabido adaptarse a los tiempos sin perder la esencia que hizo grande a esta casa. Entrar en ‘Zahariche’ es hacerlo dentro de El territorio del miedo, un lugar donde los astados de la casa infunden respeto nada más verlos.
Pero la familia Miura también es conocida por la cría de caballos, una herramienta fundamental para trabajar a diario con el ganado bravo. Aquí todo está alrededor del toro y del caballo, sin duda alguna, los dos pilares de una casa ganadera de máxima solera. Durante casi dos siglos Miura ha sabido mantener esa esencia marcada por la tradición, el no salirse de un camino marcado, el saber que los atajos no conducían a nada. Aquí se respira un aire especial, todo se hace despacio como si no hubiera reloj, el tiempo lo marcan los animales.
Un hierro caballar que lleva conviviendo con los toros de Miura desde hace más de 175 años
“La historia de los caballos Miura, es también la historia del caballo español. Una raza con más de 500 años, creada por Felipe II, que ha influido en la formación de todas las razas equinas mundiales de montura y catalogada como la mejor por los grandes maestros europeos de la equitación” nos indicaba Guillermo García Palma en su libro El caballo de Miura y la verdadera historia del caballo de pura raza española.
Sin duda esta es una de las ganaderías más prestigiosas de España, un hierro caballar que lleva conviviendo con los toros en los pagos de Zahariche desde hace más de 175 años. Como bien cuenta Antonio Miura en el programa Todo Caballo de Canal Sur “En 1842 su tatarabuelo inició ganadería, comenzando a los pocos con la yeguada. Date cuenta que se necesitaban caballos para trabajar ganado, de ahí que se empezara con este proyecto tan bonito que hoy en día seguimos conservando en la casa”.
Para trabajar con el ganado se necesita un caballo funcional, algo que da la raza española, una de las más importantes del mundo equino. Aquí se marcan a fuego los potros, como se hacía antaño, con el hierro de la ganadería en el lado derecho y el número del animal en el izquierdo. Aquí se hierran a los caballos según su sangre, el puro español lleva el mismo hierro que los toros, el de la A con las dos asas, mientras que los Hispano-Árabes están marcados a fuego con el segundo hierro de la casa.