El pasado mes de mayo salían las vacas y sementales de la ganadería jiennense de Jacinto Ortega rumbo a localidad turolense de Puertomingalvo. Allí durante un tiempo prudencial pastaría el ganado hasta acabar de adaptar la finca donde definitivamente se ubicaría la explotación. Se trataba del municipio castellonense de Cabanes, un lugar radicalmente opuesto a Baños de La Encina, lugar donde se ubicaba dicha ganadería desde su creación en 1914.
Un hierro que fue formado en 1914 Jacinto Ortega Casado, con vacas y un semental de don Celso Pellón, añadiendo en 1920 40 vacas y un semental del Marqués de Cuyas, un semental de Olea y otro de Rufo Serrano. Pasaron los años y Jacinto continuó con la ampliación de su ganadería al adquirir en 1941 un lote de vacas y un semental procedentes de Veragua y Campos Varela, que es la sangre dominante en la actualidad. En 1955, y por fallecimiento de don Jacinto, se anuncia la ganadería a nombre de herederos. Tras su venta en 2021 pasó a anunciarse como “La Jotera”.
Tras su venta en 2021, el pasado mes de mayo puso finalmente rumbo hacia otros pagos con el nombre de Toros de la Jotera, que rinde homenaje al origen aragonés de la madre de los hermanos Carnicer, nuevos propietarios de una vacada que tiene gran nombre dentro de los festejos populares. Sin duda, una apuesta decidida por una vacada que estaba teniendo grandes dificultades para sortear una pandemia demasiado cruenta con las ganaderías humildes.
Desaparecía de tierras jiennenses, trocito de su historia, un paraje único donde durante tantos años pastaron estos animales de procedencia Veragua que con tanto mimo cuidó la familia Ortega. Con el paso de los años esta divisa fue perdiendo importancia el circuito, saliendo de las ferias -esas que copó en otro tiempo- destinando prácticamente la totalidad de sus reses a la venta para las calles.
El encontrar acomodo en el circuito de novilladas y corridas de toros es algo más difícil, debido entre otras cosas a la falta de apuesta de los empresarios por un tipo de toro diferente al resto. Una ganadería que sigue los pasos de otros hierros como Valverde o Concha y Sierra, los cuales salieron de las zonas más ganaderas de nuestro campo bravo para adentrarse en nuevos parajes donde hasta no hace mucho la cría del toro bravo era una utopía.
Los objetivos de esta nueva andadura pasan por preservar un encaste único y un tipo de toro diferente al resto, así como consolidar el prestigio de esta ganadería en los principales festejos de lidia y en los populares de España, un tema difícil por el momento contractual que vive la fiesta de los toros y que ya explicamos anteriormente. Un soplo de aire fresco el que intentarán dar a esta vacada unos ganaderos que tienen grandes lazos con el festejo en la calle, algo que no quita para que su selección se haga bajo unos parámetros que le puedan devolver al circuito de las corridas y novilladas como ya hicieron otras vacadas estos últimos años.