PABLO LÓPEZ RIOBOO
Hoy Sevilla -y ya van varias tardes- volvió a romperse con las cuadrillas. Supo valorar el esfuerzo de los subalternos en una corrida donde hubo detalles muy toreros. Los de plata y oro, como días atrás, levantaron a la Maestranza de sus asientos en una nueva pagina de toros en Sevilla.
La cuadrilla de Enrique Ponce tuvo la virtud de la templanza y la despaciosidad. En la lidia Jocho se destapó como un excelente capotero, cuidó al enclasado primero, lo cuidó y le abrió los caminos de forma sutil. Por su parte, Emilio Fernández hijo colocó un par arriba que le valió el reconocimiento de Sevilla.
No es nada nuevo si decimos que la cuadrilla de Manzanares estuvo importante. Barroso brilló en un puyazo medido pero en toda la yema, mientras que Chocolate estuvo torero ante el bravo y encastado quinto. El segundo puyazo fue importante; le metió las cuerdas en un encuentro de nota, lo que le valió la gran ovación. Y qué decir de los hombres de plata. En el primero vimos una sutil lidia de Rafa Rosa, que se ciñó al toro en capotazos toreros. Rosa tuvo la virtud de la colocaión y Sevilla le ovacionó tras llevar el toro a una mano al burladero. Por su parte Luis Blázquez dejó un par de merito para cerrar el tercio. Por su parte, en el quinto, destacó la lidia de Suso al encastado animal y el formidable tercio de banderillas en la La Maestranza obligó a desmonterarse. Rosa dejó dos pares toreros y arriba, mientras que el de Blanzquez rezumó verdad y empaque.
Por último hay que destacar la gran actuación de Sergio Molina, el segundo puyazo fue muy importante. Midió al animal y le metió las cuerdas antes de llegar al peto para empujar. Por su parte, su compañero Manuel Molina se retiró entre palmas tras picar al sexto. En banderillas destacó Juan José Domínguez, que soltó el capote para embarcar la embestida del animal, mientras que en el sexto dejó un par en todo lo alto para cerrar su actuación.
FOTOGALERÍA: IVÁN MATITO