En las cercanías de Sonseca, Toledo, se encuentra la ganadería de “La Olivilla” una vacada creada por José Manuel Galán con una procedencia muy particular; Osborne. Una vacada no muy larga en número de animales, pero con una genealogía muy definida, esa que busca abrir su ganadero para no caer en la consanguinidad. Con el paso de los años, poco a poco se fueron puliendo los defectos, afinando la ganadería e intentando conseguir vacas y sementales con el fenotipo y el comportamiento que José Manuel tenía en la cabeza.
“Ser ganadero era una ilusión que tenía desde niño, un sueño que en muchas ocasiones vi lejano, pero que con el tiempo pude realizar. Todo comienza en 2012 cuando me fui a casa de los Hermanos Valenzuela en Marmolejo (Jaén), de donde me traje un lote de vacas viejas, varias eralas y utreras sin tentar, además de un semental. Cuando llegué aquí, retentamos todas las vacas viejas, tenté las eralas y con eso comencé a funcionar junto con un semental de Bellos Montes”, nos relataba José Manuel Galán nada más comenzar la entrevista.
“A los dos años, metí otro lote de Núñez del Cuvillo y refresqué con vacas de ese mismo encaste. También he comprado algún semental a Conde de Mayalde y, el año de la pandemia, adquirí un semental a Bellos Montes, además de otro que he traído de él también”. Un proyecto ganadero con base Cuvillo, pero con la rama Osborne como base de una vacada con goterones de otras divisas que están dando muy buen resultado.
“Ahora mismo tenemos en casa aproximadamente 80 vacas, que es el número en el que me quiero mantener. Además, son las vacas que me caben en la cabeza: no soy ni de ordenadores ni de papeles, sino que me gusta ir por la finca y saber qué vaca es cada cual, lo que ha hecho en el tentadero, los hijos que tiene… por lo que, para mí, ese número de reproductoras es el ideal. Respecto a los machos, tengo seis sementales. Con esos mimbres vamos peleando” acababa comentando un ilusionado José Manuel Galán.
Un ganadero con los pies en el suelo, el cual sabe que su futuro -de momento- pasa por las novilladas sin caballos y alguna con caballos. Los pasos tienen que ser cortos, pero seguros, en el mundo del toro las prisas no conducen a nada bueno. Al tratarse de una vacada con una sangre tan particular, su criador sabe que hay que mirar cada línea, cada reata, las hechuras de los animales… todo para ser fiel al toro que sueña con crear si salirse de la tipología del encaste que adquirió.