Simón Casas anunció el pasado domingo, durante su intervención en el programa “El Toril” de Onda Madrid, que regalará la carta que le escribió Rafael de Paula pidiéndole torear en Las Ventas al Museo Taurino de la capital. “Era una carta que recibí certificada. Es una obra de museo. De hecho, la regalaré al Museo Taurino de Madrid”, anunciaba el productor y socio de Plaza 1.
Todo sucedió en 2017, año en el que el jerezano contaba con 77 años de edad, de ahí que sorprenda enormemente aquello que le pidió a un Simón Casas, por esos años, ya empresario de la primera plaza del mundo. Una carta en la que el torero jerezano le pedía torear en la Feria de Otoño de aquel año pese a sus problemas de movilidad y una edad que casi llegaba a los 78 años.
Esto exponía De Paula en la misiva: “Estimado Simón Casas. Esto es para decirte que con fecha del 9-3-2017 te envié una carta certificada con acuso de recibo. No sé si la has recibido, en la cual te recordaba (…) de la última vez que nos vimos. Simón, en la carta anterior, te decía que te quería ver para decirte una cosa. Esta cosa es la siguiente: que en caso de que estuviera preparado, quiero torear en Las Ventas en la próxima Feria de Otoño”.
Por su parte, en su cuenta de Instagram, Simón Casas reflexionaba acerca de lo sucedido con estas palabras: “Los sueños tienen sus genios: cuando he sido por primera vez empresario de Madrid en 2017, he recibido una carta certificada: Rafael de Paula me pedía de torear en la feria de Otoño. La firmo “el arte”. Un documento que voy a entregar al museo Taurino de Las Ventas”.
“No quisiera ser Napoleón, porque terminó en Santa Elena”
Por otro lado, Casas también dejó importantes titulares en su comparecencia en el programa El Toril el pasado domingo: “¿Es usted el Napoleón de los empresarios taurinos”, le preguntaba el periodista Javier Fernández-Mardomingo a Casas. “No quisiera, porque terminó en Santa Elena. Pero he aprendido algo de Napoleón, no por sus conquistas, sino por sus fracasos. Y es que los conquistadores tienen que saber el día que en vez de tener enemigos hay que tener amigos. Si Napoleón Hubiera tenido esta capacidad, no hubiera ido a Santa Elena, y yo no quiero ir”, contestó Simón.