LA CRÓNICA DE PLATA

Como una dama cuando cierra el abanico


domingo 27 marzo, 2016

Suso se reafirma en Sevilla, en una gran tarde de Rafael Rosa y Carretero. Por su parte Lili cae herido en el cuarto en una tarde en la que Barroso da una lección a caballo y Lebrija se hace notar

Como una dama cuando cierra el abanico

PABLO LÓPEZ RIOBOO

La Sevilla taurina vivía hoy
su tarde de más enjundia, la Semana Santa daba paso a la primavera,
el olor a incienso aun rezumaba por las callejuelas del Arenal, Sevilla
celebraba la Resurrección de Cristo, la Maestranza abría sus puertas para vivir
otra tarde de toros. Los sevillanos hacía sólo cuatro horas que en Santa Marina habían
puesto broche de oro a la semana más importante del año y colmaban a rebosar el
coso de El Baratillo.

La cuadrilla de Morante vivió la cara y la cruz de la
fiesta. Carretero sigue tarde tras
tarde dando lecciones de cómo hay que lidiar a los animales, fue en el cuarto
de la tarde, ante un animal de Domingo
Hernández
en el cual dictó una lección de temple y colocación. Lanceó al cuarto
sin obligarlo, siempre a media altura para no quebrantar al animal, pero el
toro, siempre con querencia a tablas se llevó por delante a Lili en un par de enorme riesgo, propinándole
una grave cornada en el muslo izquierdo. La dos caras del toro, la gloria y la
sangre, Carretero y Lili, dos
toreros que hoy corrieron suertes distintas.

Plegó el capote como una dama
cuando cierra el abanico, meció con guante de seda para llevarlo templado,
despacio y con un enorme sentido del temple. Demostró Suso por qué Manzanares ha apostado por él, ve al toro rápido, y eso hizo con el segundo de Hernández, le anduvo sin perderle ni un
instante la cara, le abrió los caminos, lo llevó largo, hasta el final, lidia
importante que no hace sino reafirmar el sitio que ocupa. Aprovechó las prontas
arrancadas del segundo Rafael Rosa para exponer en dos pares de gran importancia, un primero con solvencia y un
segundo de gran verdad y valor, hicieron que saludara montera en mano tras su brillante
actuación.

Decir Trujillo es decir torero, volvió una tarde más a demostrar por qué
es considerado uno de los toreros de plata más importante del escalafón. Su
lidia al sexto de la tarde fue primorosa, ante un animal justo de raza,
capotazos justos, siempre a favor del toro, abriéndole los caminos, sin
quebrantarlo, no hubo ni un enganchón, ni un capotazo a destiempo, todo con una enorme mesura. Antes en el tercero dejó dos pares de brillante ejecución, ante un animal con
temple y calidad pero justo de fuerzas en el que vimos un más que importante segundo par, en el cual se dejó llegar el toro hasta la cintura.

Si hablamos de un torero a
caballo en la tarde de hoy ese fue Barroso.
Ante el quinto, un animal temperamental de Hernández tuvo una actuación solvente y de gran compromiso. Dos puyazos en los que no
solo pico al toro, sino que supo torearlo y aguantar con enorme mérito el
empuje del animal, en el que consiguió mantener al caballo en pie pese a que el
toro parecía tenerle ganada la partida. Justa ovación le tributó el publico de
Sevilla cuando se encaminaba al patio de caballos.


No
me quiero olvidar para cerrar esta crónica de Enrique Lebrija, puntillero de la plaza, que en el cuarto de la
tarde fulminó con un puntillazo soberbio a un animal en el que Morante de la Puebla escuchó los tres
avisos. Quizás para algunos sea el gran desconocido, pero su profesionalidad y valía
bien le hubiera valido el reconocimiento del respetable, por lo pronto, el mío
ya lo tiene.