Portugal es una gran desconocida para gran parte del aficionado al mundo del toro, un país donde existe total devoción por un animal que sienten como suyo. Al otro lado de la frontera hay un número importante de vacadas, muchas de ellas gestionadas por españoles, que siguen dándole fuste a la fiesta más maravillosa del mundo. Portugal es un país acogedor, una tierra que quiere y respeta a un vecino que poco a poco está sabiendo apreciar las bondades del país.
Allí, junto al río Tajo se encuentra la ganadería de Canas Vigouroux, una vacada dividida en dos fincas, una en plena zona de marisma y la otra con vegas y alcornoques. 160 vacas de vientre repartidas en dos encastes: 100 vacas de origen Pinto Barreiros vía Gamero Cívico y otras 40 jaboneras del encaste Veragua. Un hierro con gran historia que nos cuenta D. Pedro Alberto Franco Canas Vigouroux, cabeza visible de este proyecto en un reportaje realizado por el canal Torista de Francia publicado el pasado mes de noviembre.
“Empecé la ganadería en el año del 92. Hice las pruebas aquí en Portugal en el 96 y ya en 2017 entré a formar parte de la RUCTL. La historia de esta ganadería tiene su curiosidad, y es algo que pocos aficionados conocen. La finca de Herdade do Pombal – Alenquer, lugar donde actualmente están los machos, linda con el río Tajo, entonces para evitar que la gente entrara en mi finca sin permiso decidí comprar varias vacas para ahuyentar a esas personas, por eso acudí a Antonio Cabral de Ascensão para comprarle no más de 4 o 5 vacas para ponerlas en los distintos diques”.
“Pasados unos meses Antonio Cabral me invitó a su finca para ver su ganadería. Me llevó a un cercado donde tenía 25 vacas y un semental y me dijo “Pedro, no son 5 vacas, sino 25 y un semental, con esto empezarás tu ganadería”. Me conocía desde niño y sabía mi pasión por el toro bravo, ahí fue cuando empezó todo. Un año después intenté aumentar un poco el número de hembras con la compra de unas novillas a Simón Malta, entonces cuando ya estaba cerrado el negocio él me dijo que para cerrarlo por completo tenía que llevarme 8 vacas jaboneras que tenía de la antigua ganadería de Faustino de Gama”.
Un trato que se cerró de forma amistosa y que introdujo en su casa estos animales tan especiales: “Tras aceptar el trato comencé a tentar las vacas y me di cuenta de la gran bravura que tenían esos animales y decidí apostar por esta línea para complementar mi ganadería. Como es lógico, el número de animales de la línea veragueña son menores al de Pinto Barreiros, pero yo intento que por cada corrida vayan al menos dos jaboneros y así dar la posibilidad al aficionado de ver ambas líneas en la plaza”.
Vacada que está dividida en dos fincas según la orografía de cada una: “Los machos los tenemos en la finca Herdade Do Emaús situada en Vila Franca Xira, una zona de marisma, mientras que las hembras se encuentran en una finca cerca de Alenquer. Esta última es una finca más abrigada, con mayor arboleda y más adaptada al toro bravo. Date cuenta que donde están los machos es una zona inundable que linda con el Tajo durante más de dos kilómetros, de ahí que decidiéramos separar los machos de las hebras. Las faenas de herradero se hacen allí, una vez que se realiza dicha faena todos los machos los traigo hasta esta finca, dejando allí únicamente las hembras”.
“La camada está compuesta de una media de 50 toros, número que oscila según la paridera o el número de bajas que tengamos. La pandemia nos vino bien para hacer una gran limpieza, quedándome únicamente con los toros de primera por causa del mercado. Poco a poco vamos intentando elevar esto pese a las dificultades que hay, algo que para mí no es problema, soy un enamorado del toro de casa”, acababa comentando D. Pedro Alberto Franco Canas Vigouroux.