En el municipio valenciano de Moncada se encuentra la finca ‘El Trapío’, un lugar reservado para el remate de un buen ramillete de utreros, cuatreños y cinqueños de cara a su posterior suelta en distintas zonas de nuestra geografía. Una finca donde Jorge G.R. apuesta por la adquisición de animales tanto a ganaderos como a empresas de primer rango como Las Ventas, lugar donde el pasado año adquirió sobreros de diversos hierros.
“El año pasado por estas fechas compramos los 14 sobreros de Madrid” explicó a este medio. “Hemos vendido todo lo que teníamos: ha sido un año espectacular, estando en los mejores sitios, con presentación espectacular, en los mejores lugares, hemos sacado toros buenísimos… y hemos escapado muy contentos. No en nombre de ganaderías, sino en toros. Las vacadas punteras tienen el toro justo ahora mismo” destacaba el ganadero valenciano.
“Ahora mismo tenemos unos 65 toros en casa. Hemos superado en caras los del año pasado: hay 50 toros muy fuertes, de plaza de primera, y esta temporada hemos vendido a las calles unos 70 en todo el año”, nos comentaba un ganadero que sabe el tipo de toro que busca y donde darle salida. Un tratante de ganado que tiene claras las ganaderías a donde acudir, haciéndose con animales que se irán rematando poco a poco en esta finca levantina.
La bajada de animales por camada y la subida de los piensos está haciendo que los astados suban de precio, algo lógico al existir mayor demanda que oferta. Eso es algo que está beneficiando a unos ganaderos que debido a esta tesitura tiene la sartén por el mango, pudiendo apretar más a la hora de vender sus animales. El coste de criar a un toro bravo en este momento ha podido subir entre 1000-1500 €; es decir, si un animal costaba criarlo unos 5000 €, ahora puede subir hasta los 6500 € aproximadamente, por lo que todo lo que no sea venderlo por ese precio sería perderle dinero.
El mercado se nutre de muchas ganaderías, las cuales le dan mayor o menor salida a sus animales en función de la demanda y la disponibilidad de animales. Como dato, hay ganaderías que venden su camada por completo a las calles, teniendo compradores fieles con los que cada año realizan transacciones sin el dolor de cabeza que tiene el tener que contentar a los veedores. Ahí es donde aparece la figura de Jorge G.R., el cual adquiere los toros meses antes de entrar estos al pienso, ahorrándole al ganadero el elevado coste de su alimentación y consiguiendo el tratante un precio más asequible por animal.