El día a día en una ganadería de bravo se hace muy cuesta arriba sin la presencia de los caballos o los cabestros, animales que ayudan diariamente a vaqueros y mayorales a realizar sus labores de una forma más rápida y sencilla. El primero de ellos es en el que se sustenta su trabajo, un animal en el que confían para bregar con el ganado. Para estas labores se necesitan animales nobles, valientes y con gran corazón para hacerle frente a esos animales díscolos que siempre hay en una camada.
El caballo le da seguridad a los hombres de campo y les ayudan a poner pies en polvorosa cuando se arranca algún animal. A mayor espacio más difícil es trabajar si estos animales, los cuales no se usan cuando se llegan a cercas de menores dimensiones o a los mismos corrales de la finca, siendo ahí cuando el vaquero o mayoral echa pie a tierra. «Antiguamente en el campo, el caballo vaquero era el caballo español puro y castrado, con el tiempo se apostó por el cruzado al prestar este muy buen servicio para las faenas con ganado bravo, mezclando resistencia, belleza y velocidad. Sin embargo esto no quiere decir que el caballo andaluz no esté presente en faenas tan propias como el acoso y derribo, el rejoneo o incluso la propia Doma Vaquera«, se podía leer en la web Aire Vaquero
Pero si los caballos son importantes, no lo son menos los mansos. Aquí, según la ganadería, podemos encontrar unas razas u otras, siendo las más frecuentes aquellas de raza berrenda. Otras vacadas utilizan cabestros de raza Retinta o Morucha, en incluso en la ganadería cacereña es la raza Blanca Cacereña aquella que se encarga del manejo diario del ganado. Una raza autóctona en peligro de extinción, según se hace constar en el Catálogo Oficial de razas de ganado de España, al conservarse únicamente en España 987 cabezas en explotaciones ganaderas de dicha Comunidad Autónoma.
Un animal de gran alzada, con un perfil recto y proporciones medias por el que apuesta Victorino
Este es un animal de gran alzada, con un perfil recto y proporciones medias, pese a tener un cuerpo muy corpulento en los machos. Como bien nos cuenta La Asociación Nacional de Criadores de ganado vacuno de raza Blanca Cacereña, el color de su piel es blanca y se caracteriza por una cuerna dirigida hacia delante y hacia arriba. Un tipo de raza con las mucosas rosadas, papada abundante en los machos y de aspecto general rústico.
Una familia que siempre ha enarbolado la bandera de las segundas oportunidades, un hierro que siempre se ha caracterizado por apostar por una serie de sangres que andaban orilladas y con un porvenir poco halagüeño. Primero fue con la vacada de Escudero Calvo, un hierro de procedencia Albaserrada por el que apostó dicha familia cuando iba camino del matadero. Varios lustros después, y una vez puesto la ganadería en figura, se fijaron en la sangre proveniente de la familia Cobaleda, un tipo de toro que con los años están consiguiendo volver a llevar a las ferias de novilladas, y por último esta raza Blanca Cacereña por la que apostaron para bregar diariamente con los animales de la casa. Tres apuestas por tres sangres que andaban orilladas y que ahora van poco a poco viendo la luz gracias al gran trabajo realizado con ellas.