CAMPO BRAVO

Así se arrancó ‘Cobradiezmos’ contra un trabajador de Las Tiesas en medio de una vacunación


jueves 4 enero, 2024

En uno de los saneamientos, y a la salida de la "manga", el animal salió enflechado hacia uno de los vaqueros de la finca.

Cobradiezmos
"Cobradiezmos", de Victorino Martín, saliendo del saneamiento. © YouTube

El toro bravo es un animal imprevisible cuando se encuentra enfadado o “pegao” por otros compañeros. Como ya ha expuesto Fernando Cuadri en alguna ocasión, dentro de una misma ganadería hay un gran abanico de comportamientos, al igual que pasa con las personas. Está el noble, el malhumorado, el solitario, el nervioso, el bonachón… de ahí que sea fundamental conocer a todos y cada uno de los astados que componen una vacada para adelantarse a sus posibles reacciones.

En el caso de los sementales pasa tres cuartos de lo mismo, pese a ser todos astados eminentemente bravos y altivos, estos se encuentran cómodos y relajados con su lote de vacas. Un comportamiento que empieza a variar cuando ve a mucha gente a su alrededor, ya sea a caballo o en 4×4. Normalmente, a los lotes de vacas únicamente entra el vaquero para repasar los becerros, pero cuando entran varios equinos el toro empieza a molestarse, asociando la llegada de estos a intranquilidad.

Eso es exactamente lo que pasa en este vídeo publicado por el canal de YouTube de la vacada cacereña. Es momento de llevar a “Cobradiezmos” y su lote de vacas a los corrales para sanearlos, una actividad engorrosa pero obligatoria por parte de las administraciones. Es un día lluvioso, hace frío y los animales lo notan. Los caballistas entran en el cercado para llevarse al lote de vacas, son omentos de tensión, el semental no quiere moverse de su querencia, algo que acaban finalmente logrando los hombres de campo.

Con la totalidad de los astados ya fuera de su cercado, se procedió a separarlos entre grupos: vacas hacia un lado, becerros hacia otro y semental en un corral aparte. Este es el momento para destetar a los becerros más grandes. Un manejo que no le gustaba para nada al semental, este no estaba de muy buen humor y eso se notaba en su respiración agitada, su continuo movimiento en el corral denotaba malestar.

Poco a poco fue tomando las puertas hasta llegar a la “manga” donde sería saneado por los veterinarios. Pese a los intentos de los vaqueros, el animal seguía inquieto, algo que imposibilitaba hacer la labor con eficacia. El susto vino una vez terminada la labor, en el momento de abrirle la puerta el animal se volvió sobre su eje, poniendo en serio riesgo la integridad de uno de los trabajadores, el cual estuvo rápido y evitó que “Cobradiezmos” le diera caza.