CAMPO BRAVO

El ‘renacer’ de la mítica ganadería de Osborne: las esperanzas para 2024 de un encaste único


domingo 7 enero, 2024

El hierro sevillano mira esperanzado un 2024 donde ya tiene una fecha confirmada para comenzar su temporada

Osborne
Un toro de Osborne. © Arjona

En las localidades sevillanas de El Castillo de las Guardas y El Madroño se asientan las dos fincas que dan cobijo a los machos y hembras marcados a fuego con el emblemático hierro de Osborne, un hierro conocido por todos los aficionados que cambió las onduladas tierras de Jerez de la Frontera por la sierra sevillana. Aquí desde hace varios lustros Emilio González-San Román Osborne comanda un proyecto ilusionante por todo el camino recorrido.

“Puerto Acebuche” y “Montecillo” andan verdes y lustrosas por la cantidad de agua caída en las últimas horas, se trata de dos fincas muy agradecidas, con abundante pasto y zonas más o menos escarpadas que ayudan al refugio de los animales. Aquí se cuida con mimo a un tipo de toro con personalidad propia, una vacada que ha nutrido a hierros como Núñez del Cuvillo o La Palmosilla, entre otras, dos de las ganaderías más demandadas por las figuras hoy en día.

Una vacada cargada de historia que con el paso de los años fue perdiendo su sitio en las distintas ferias, lugar que hoy en día quiere recuperar un ganadero que sabe el tesoro que tiene en sus cercados. “Esta es una ganadería que hay que trabajarla mucho, pero es muy buena y da unos resultados estupendos. Yo estoy muy contento con aquello que estoy viendo, creo que la clase, seña de identidad de la casa, no se ha perdido” señalaba su criador a este medio hace unos días.

La historia de una peculiar ganadería

Osborne Toro
Otro toro de la casa. © José Joaquín Diago

Por división en 1937 de la ganadería de don Juan Pedro Domecq Núñez de Villavicencio, antes Veragua, uno de los lotes correspondió a don Pedro Domecq Díez fue vendido en 1946 a don Luis de la Calle, y éste, en 1948, a don Antonio Jiménez Jiménez, de quien en 1952 lo adquirió don José Luis Osborne Vázquez, que varió el hierro. Durante los años que estuvo en poder de don Pedro Domecq Díez fue cruzada con reses de Mora Figueroa y Conde de la Corte llegando a crearse un tipo de toro diferente al resto por su pelaje, hechuras y comportamiento.

Ahora, y tras varios años trabajando en la sombra, la ganadería sevillana vuelve a ser protagonista con el primer festejo de la temporada el próximo 20 de enero en Lucena del Puerto. “Para 2024 tenemos cuatro corridas de toros y varias novilladas de utreros, unos 40 toros y novillos en total. Hay una corrida para plaza de primera; nuestra intención es poner en forma la ganadería para empezar a lidiar de nuevo en cosos de importancia en próximos años”.

Un hierro que asentó sus bases en un número de vacas no superior a las 200 pero con líneas muy abiertas para evitar la temida consanguinidad. “Actualmente, hay 180 vacas y 11 sementales, evidentemente no todos los toros van a las vacas, pero sí procuramos rotar y abrir mucho genéricamente la ganadería. El tener amplitud de familias nos ayuda a no caer en esa consanguinidad que pese a fijar caracteres a la larga no es buena”.

Sin Título
Otro inconfundible toro de Osborne. © José Joaquín Diago