FESTEJO POPULAR

El Trapío se llena de toros ‘de Madrid y Pamplona’: estos son los 70 ‘pavazos’ que ya descansan en la finca


viernes 5 enero, 2024

La finca valenciana de El Trapío ya está llena de toros para servir a peñas y asociaciones taurinas en los próximos meses.

Trapio
Uno de los toros de la finca. © Marzá

En el municipio valenciano de Moncada se encuentra ‘El Trapío’, una finca donde conviven cerca de 70 animales de diversas ganaderías de bravo. Son toros que han sido adquiridos, tanto, a ganaderos de primera fila, como a distintas empresas de primer rango como Las Ventas o Pamplona. Una adquisición que va encaminada a su venta para el festejo popular durante la temporada de 2024. Toros con un enorme trapío que ya han alcanzado un valor importante en el mercado al existir mucha demanda sobre este tipo de animales.

“Hemos vendido todo lo que teníamos: ha sido un año espectacular, estando en los mejores sitios, con presentación espectacular, en los mejores lugares, hemos sacado toros buenísimos… y hemos escapado muy contentos. No en nombre de ganaderías, sino en toros. Las vacadas punteras tienen el toro justo ahora mismo” nos comentaba hace unas semanas en una entrevista concedida a este medio.

“Ahora mismo tenemos unos 65 toros en casa. Hemos superado en caras los del año pasado: hay 50 toros muy fuertes, de plaza de primera, y esta temporada hemos vendido a las calles unos 70 en todo el año”, nos comentaba un ganadero que sabe el tipo de toro que busca y donde darle salida. Un tratante de ganado que tiene claras las ganaderías a donde acudir, haciéndose con animales que se irán rematando poco a poco en esta finca levantina.

Un empresario que sabe las particularidades de los toros que adquiere, los encastes de los mismos y su comportamiento día a día en el campo. Al igual que ocurre cuando llegan a los corrales de una plaza, aquí también se rompe la jerarquía, produciéndose peleas entre ellos que pueden provocar serios problemas para Jorge G.R. al producirse alguna baja o quedar un toro seriamente dañado con cornadas internas o rotura de huesos.

Por todo ello, esta labor debe hacerse de forma pausada, sin violentar a unos animales que andaban separados cientos de kilómetros y que ahora deben hermanarse. Únicamente los astados que ya han convivido en los corrales de una plaza como sobreros se conocen, siendo aquí muy importante el olor que desprenden los mismos. Sea como fuere, el traer animales de distintos encastes y ganaderías lógicamente va a provocar ciertos problemas entre ellos, antojándose fundamental la presencia de los cabestros.

Una vez pasado un tiempo prudencial de adaptación a la finca, los toros comerán y beberán sin mayores problemas, poniendo rápidamente los kilos necesarios para estar en un estado óptimo cuando las distintas peñas o ayuntamientos llegan a la finca para comprar los animales que luego saltarán a las calles de su pueblo o municipio. Una labor compleja debido a la cantidad de animales que hay y las dimensiones de unos cercados que no destacan precisamente por su amplitud.