Muchos son los ganaderos de bravo a los que les tiemblan las piernas cada vez que toca hacer un saneamiento. Son momentos donde se juegan mucho, ya que son pruebas marcadas por las Administraciones sanitarias que en muchos casos suelen ser engorrosas y contraproducentes para un ganado que sufre un tremendo estrés cada vez que tiene que pasar por los corrales y la manga de saneamiento.
Una de las enfermedades más virulentas junto a la Tuberculosis -causada por Mycobacterium tuberculosis complex (CMT)– es la Mycobacterium avium paratuberculosis o enfermedad del hígado, para la que no existe tratamiento alguno de cara la supervivencia del ejemplar que la porta, caracterizándose esta por el debilitamiento irreversible, diarrea y muerte por caquexia en los rumiantes. Esta enfermedad es provocada por el patógeno obligado Mycobacterium avium subespecie paratuberculosis.
Sólo algunos portadores desarrollan esta enfermedad de forma visible, un problema añadido para el ganadero
Generalmente, la infección se produce en los primeros años de vida, y muchos animales infectados se convierten en portadores crónicos -como así le ocurre al toro de la imagen que ilustra esta entrada, afectado por esta enfermedad-. Sólo algunos portadores desarrollan la enfermedad de forma visible, por lo general después de varios años, y los síntomas pueden confundirse con el de otras enfermedades, siendo ese el momento en el que los hombres de campo detectan la enfermedad en uno, o varios de sus animales.
Por todo ello hemos querido hablar con José Luis Algora, reputado veterinario para que nos hablara más sobre este tema. «Es una enfermedad que se afecta directamente al intestino grueso, provocando esta la citada diarrea del animal, contagiando a sus hermanos por las heces sueltas -lugar donde se encuentran las bacterias- que caen o bien al suelo o encima del alimento que luego ingieren otros animales que comparten cercado«, señalaba el veterinario para este medio.
José Luis Algora: «La forma más rápida de atajar este problema es saneando toda la ganadería»
«Al no existir tratamiento, la forma más rápida de atajar este problema es saneando toda la ganadería y eliminando cualquier astado que de positivo«, nos volvía a comentar el madrileño, que junto a Julio Fernández es el veterinario de cabecera de este portal.
Como ya citamos en el párrafo inicial, no existe un tratamiento para curar la enfermedad, pero sí una forma de ganar tiempo y no perder al animal en pocas semanas. Por ello, un laboratorio de Cáceres ha creado unos polvos (levadura) que ayudan a paliar la enfermedad durante un tiempo limitado, haciendo que el animal engorde y se remate, consiguiendo así poder darle salida en el mercado..