Ya contamos en su día que “para un rejoneador, un caballo es mucho más que una herramienta de trabajo: es un compañero con el que pasa gran parte del día, de ahí que el precio de estos no estén marcados por una cantidad estipulada previamente”. Son animales a los que le une un vínculo especial, esos con los que día tras día fortalecen esa citada unión que les hace ser uno mismo cuando salen al ruedo.
Nombres como los de “Cagancho”, “Nazarí”, “Xarope” o “Fabuloso” son simplemente algunos nombres que han llevado a rejoneadores como Pablo Hermoso de Mendoza, Diego Ventura, Leonardo Hernández o Juan José Rodríguez a alcanzar muchos de los objetivos que se plantaron en la profesión. Caballos que con el tiempo abandonaron los ruedos para convertirse en sementales, esos que transmitirían su genética a otras yeguas toreras para perpetuar su linaje.
El citado “Cagancho” fue un caballo que adquirió el rejoneador navarro allá por los años 90 al portugués Brito Paes, una compra que se cerró en 280.000 de las antiguas pesetas y que con el tiempo subió su valor hasta cifras estratosféricas. Un caballo que ha dejado su simiente en casa del rejoneador navarro, viniendo tras su figura numerosos hijos que siguieron dando lustre tanto a su cuadra como a la de otros rejoneadores.
Otro caballo inolvidable para los amantes del rejoneo es “Nazarí”, equino que hizo su último paseíllo el pasado año en las Ventas en una tarde histórica por todo lo acaecido en el ruedo. “Se va para mí el mejor caballo que he tenido en mi vida, y de los mejores que he visto. Tiene 21 años y lo retiro porque se lo ha ganado, porque está completamente sano y está muy fuerte. Ha sido un caballo que ha hecho que mi carrera cambiase” Un animal que ya goza de un retiro dorado: “Ya lleva cubriendo muchas yeguas; yo a partir de hoy nunca más lo voy a volver a montar, Jamás. Será para mis hijos, para verlo en libertad, donde tiene ya unos prados preparados”, comentó Diego Ventura en OneToro.
Otro de los caballos estrella del circuito taurino es “Xarope”, equino de la cuadra de Leonardo Hernández que ha sido vendido como semental a una yeguada mexicana. Un animal que ha pisado plazas ten importantes como Madrid, Sevilla, Bilbao, Pamplona, Valencia, Málaga o Zaragoza, todos ellos cosos de primera categoría. Caballo que llegó con 4 años y se va una vez ha cumplido los 20, un adiós doloroso por aquello que representa un equino de este nivel.
También existe una anécdota referente al rejoneador Juan José Rodríguez. El extremeño tenía un caballo que ponía el par a dos manos sin cabezada, y un empresario mexicano le puso en una ocasión un cheque en blanco para que pusiese una cifra y así poder llevárselo a México, desechando la propuesta el propio torero a caballo e indicándole que el caballo no estaba en venta. Se llamaba “Fabuloso”, era un caballo diferente a todos y con un valor personal tremendo para Juan José Rodríguez.