La subida de costes en todos los ámbitos de la vida tuvo como una de sus primeras víctimas, hace año y medio -cuando comenzó la inflación- a los agricultores y ganaderos. Y especialmente estos últimos, que además de tener que sumar el alto coste de la maquinaria y del combustible, tenían que añadir el pienso.
Actualmente, con esa subida de las materias primas, el animal debería subir de valor y no depreciarse, algo que se debe respetar por aquellos que organizan festejos taurinos. El coste de criar a un toro en este momento de nubarrones ha podido subir entre 1000-1500 €, es decir, en torno a un 15%, pero ¿Cuál es el precio de esas corridas? ¿Se paga una cantidad más alta que por otras que van a San Isidro? Esa es una pregunta que tiene trampa al no tener todos los hierros, un mismo caché.
Pero hay hierros más reputados: ya en 2013, Simón Casas declaró a los compañeros de MidiLibre el precio de la corrida de Miura para ese año, comparándolo con el que había tenido para dicha empresa la corrida de Garcigrande. 84.000 se pagó por la corrida de Zahariche, mientras que los toros venidos de tierras salmantinas rozaron los 54.000 euros. Más de diez años después, y con la alta inflación y los cambios de posiciones de ambas ganaderías en el mercado, el precio de cada una ha cambiado sustancialmente.
Así ha subido el precio del toro bravo
El toro de plaza de primera y el de segunda, pagado en su justo precio, llevarán al ganadero a rematarlos como hasta ahora, mientras que el toro de más bajo valor, ese que se lidia en plazas menores, irá menos rematado al no poder sustentar el ganadero esa inversión. Debido a esta situación, el precio de los animales se ha encarecido para poder reajustarse, es decir, para que el animal no pierda valor y sea deficitario para el ganadero.
Como ocurre con los espadas, las ganaderías también tienen un caché, de ahí que el precio por toro y corrida varía sensiblemente según vayamos a una ganadería más modesta o a una con mayor nombre. Por todo ello, este medio se ha puesto en contacto con dos empresarios que gestionan plazas de tercera categoría, los cuales nos han hablado del montante total que tiene para ellos comprar toros de una ganadería u otra.
En plazas de tercera y cuarta categoría el toro puede oscilar entre los 3.500 y los 6.000 € según la ganadería elegida para dicho festejo, oscilando el precio de la corrida entre los 20.000 y los 36.000 € + IVA, un 15% más que el año pasado, prácticamente la misma subida que las materias primas. Un respiro para unos ganaderos que había sufrido en sus carnes la subida de las materias primas debido a la inflación.
1.500 euros más por toro que antes de la pandemia
Si un toro antes de la pandemia podría rondar los 5.000 euros, ahora poner a un animal rematado no baja de los, 6500 €/7000 €, por todo ello, y para que las cuentan salgan cada corrida de postín que se lidie en la primera plaza del mundo no debería bajar de los 50.000 €/55.000 € para que el ganadero tuviera cierto margen de beneficio sobre dicha corrida, de lo contrario la situación acabaría siendo insostenible.
Una subida que ha tenido que ver con la citada inflación, pero también con la carestía de toros debido a la pandemia. Muchos ganaderos quitaron genética, mientras que otros limpiaron sus camadas tanto a puerta cerrada como en festejos menores, algo que hizo que el animal bajara de precio al existir mucha oferta pero poca demanda. Ahora el caso es bien distinto, existiendo una gran demanda de animales por parte de los empresarios, algo que choca de bruces con una realidad; no hay toros para tantas plazas, provocando que el precio del macho suba alcanzando precios que se daban antes de la pandemia.
Pero esto no pasa únicamente con el cuatreño, también con los erales y utreros, alcanzando los primeros un valor en el mercado cercano a los 2.000 €, estando vendiéndose novilladas sin picadores por un valor que supera los 10.000 €. Al igual que sucede con los festejos mayores, los erales también necesitan de un remate si su destino es lidiarse en un festejo, de ahí que los ganaderos tengan que alimentarlos durante algunos meses con un pienso especial, el cual hace meses que alcanzó un precio importante.