La próxima Feria de San Isidro hace menos de una semana que se hizo oficial y con ello se destapaban una serie de carteles que tienen tremendamente ilusionados a los aficionados que acude cada primavera a la primera plaza del mundo. Un serial que contará con los toreros más destacados y los hierros con mayor solera del campo bravo. Será la primera Feria en muchos años sin Julián López “El Juli”, máxima figura del toreo que dijo adiós en la pasada Feria de San Miguel de Sevilla.
Un abono donde estará hierros de gran vitola como pueden ser Victoriano del Río, Juan Pedro Domecq, Miura, Victorino Martín o Baltasar Ibán, unas divisas que comparten prestigio pero no el mismo caché. Si un toro antes de la pandemia podría rondar los 5.000 euros, ahora poner a un animal rematado para una plaza como Madrid no baja, ni debe bajar, de los 6500 €. Por todo ello, y para que las cuentan salgan cada corrida que se lidie en la primera plaza del mundo no debería bajar de los 50.000 €/55.000 € para que el ganadero tuviera cierto margen de beneficio sobre la corrida.
Pero esto no ocurre con todas las vacadas de bravo, yendo algunas por un precio inferior al antes mostrado, existiendo otras divisas que debido a su importante caché llegan incluso a sobrepasar los 100.000 €. Unos emolumentos, que al igual que el de los toreros, son difíciles de precisar al existir un oscurantismo total sobre este tema que debería ser público y notorio. Hablar de dinero en este mundo siempre levantó ampollas.
Al igual que hay figuras del toreo, también hay hierros que ocupan ese papel en su propio escalafón. Ganaderías como Victoriano del Río o Alcurrucén -doblete en Madrid este San Isidro- están consideradas como una de las más importantes de la cabaña brava, teniendo un currículum envidiable en la primera plaza del mundo. Así, su caché sube como la espuma en este coso, quedándose cortos los 54.000 € de media que puede cobrar un ganadero en esta plaza.
Pero hay hierros más reputados: ya en 2013, Simón Casas declaró a los compañeros de MidiLibre el precio de la corrida de Miura para ese año, comparándolo con el que había tenido para dicha empresa la corrida de Garcigrande. 84.000 se pagó por la corrida de Zahariche, mientras que los toros venidos de tierras salmantinas rozaron los 54.000 euros. Diez años después y con la alta inflación y los cambios de posiciones de ambas ganaderías en el mercado, el precio de cada una ha cambiado sustancialmente.
Pero sobre este tema también habló recientemente el ganadero Victoriano del Río: “Las plazas de primera pagan un dinero bueno. Yo estoy satisfecho con lo que me han dado hasta ahora, y espero que este año consideren el año tan malo que es. Pero las plazas de primera son las que pagan. Una corrida de seis toros, en una plaza de primera, cobro tres veces más que en una plaza chica. A mí, Madrid es la que mejor me paga”.