Como es habitual en invierno, la Asociación El Toro de Madrid organizaba hace dos semanas en el salón del restaurante Puerta Grande una nueva edición de sus coloquios taurinos. En esta ocasión le tocó a Juan Pedro Domecq Morenés, cabeza visible del proyecto ganadero que lleva el nombre de su bisabuelo -Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio-, que empezó a marcar sus reses con el antiguo hierro del Duque de Veragua.
Un criador de bravo que tomó las riendas de la vacada familia tras el fallecimiento de su padre -Juan Pedro Domecq Solís- en un accidente de tráfico tras lidiar una corrida en la plaza de toros de Zaragoza. Un adiós repentino que le hizo compaginar los proyectos de Parladé y Juan Pedro Domecq. Durante varios años llevó ambos hierros por separado hasta unificarlo todo en la finca Lo Álvaro, dejando vacío el citado hierro de Parladé.
Ganadero con criterio propio, con una forma de ver al toro muy personal. Poco a poco ha ido encontrando ese animal que soñaba, ese ejemplar que le colmara como ganadero pero también como aficionado. Tras unos años donde se empezaron a ver brotes verdes, 2023 ha sido uno de los más importantes de la historia de la ganadería, tanto por regularidad como por toros destacados. Por todo ello y por mucho más, se le preguntó a un ganadero que también habló sobre el supuesto afeitado de los toros, algo que es a todas luces ilegal.
“¿Usted se expondría a que le analizaran el 100% de sus pitones?”, le preguntó el aficionado al ganadero afincado en tierras sevillanas. “Estamos lidiando el toro más íntegro de la historia gracias a las fundas. Esa es una verdad como un templo. Intento presentar mis toros con los pitones tal y como vienen y para eso les pongo fundas, para preservarlos; antes era imposible, estábamos retocando los toros porque perdían de forma constante” respondía el propio Juan Pedro a la citada pregunta.
Un ganadero que no dejó ahí su intervención sobre este tema, dejando clara su postura, esa que, por otro lado, es conocida por todos. “Hay que dar muchos pasos para mejorar la Fiesta, y el afeitado no creo que sea uno de los problemas importantes. Gracias a las fundas se lidian los pitones más íntegros de la historia de la tauromaquia”.
“El afeitado, que entiendo que preocupe al aficionado, desde la UCTL defendemos que el ganadero no es el culpable. Y si se nos quiere hacer responsable, bastante tenemos con otras cosas y con la legislación actual. Sería importante crear una Federación en la que todos estemos presentes para hacer un espectáculo mejor, pero no lo hemos conseguido” acabó comentando el citado ganadero.