CAMPO BRAVO

Un ganadero compra vacas puras de Conde de la Corte y crea un nuevo hierro bravo en Coria


jueves 15 febrero, 2024

Esta vacada, que se asienta en el término municipal de Coria -en la provincia de Cáceres- tiene 25 vacas puras de Conde de la Corte.

Vacas
Dos vacas de la casa. © J. J.

En estos tiempos de dificultades, pocos son los osados que se lían la manta a la cabeza para comenzar proyectos ganaderos, y menos los que lo hacen con una procedencia tan singular como complicada de colocar en el mercado. Pese a ello, hay muchos románticos que únicamente piensan en ese toro que les llena como aficionados. Este es el caso de José Cañada Ruiz, natural de Coria, un hombre que apostó por adquirir un lote vacas puras de El Conde de la Corte, una ganadería histórica de y de la que beben y bebieron un gran número de ganaderos.

Bajo el nombre de ‘El Espinel’, este ganadero cacereño fue poco a poco moldeando a su gusto un tipo de toro muy definido, ese que adquirió a un ganadero de la zona fallecido hace dos años, el cual le había comprado directamente a Luis Guillermo López Olea una de las cabezas visibles de una vacada histórica que sigue pastando en la finca ‘Los Bolsicos’, situada en el término municipal de Jerez de los Caballeros.

«Mi intención es disfrutar de este nuevo proyecto sin renunciar a poder empezar a lidiar en un corto espacio de tiempo»

“Eliminé todo lo procedente del Marqués, adquiriendo este mismo año 25 vacas y dos sementales puros de Conde de la Corte a la viuda de un ganadero cuya identidad prefiero mantener en el anonimato” nos comentó en una reciente entrevista José Cañada Ruiz, un ganadero que tiene claro aquello que quiere hacer con su nueva vacada: “Mi intención es disfrutar de este nuevo proyecto sin renunciar a poder empezar a lidiar en un corto espacio de tiempo”.

Una vacada que poco a poco se va asentando a unos pagos donde se le darán todos los mimos y cuidados, sin ir más lejos la sangre que corre por las venas de estos animales es de las más importantes del campo bravo. Por eso trabaja sin prisa pero sin pausa: “De aquí a dos o tres años saldrá alguna novillada. Pero tampoco quiero correr, lo importante es el día a día, y eso te lo marca la prueba del tentadero, clave para testar esos animales que nacieron en casa”.

Esta ganadero extremeño sabe de las dificultades de ser criador de bravo -como nos reconoció en el anterior párrafo-, más si cabe con un tipo de toro con tanta personalidad, de ahí que diversifique su explotación para que el peso de esta no recaiga totalmente en el bravo: “Llevo treinta años de ganadero, pero no me puedo dedicar exclusivamente al bravo, sino que también tengo manso”, explica. “Hoy en día esto se ha puesto muy complicado, pero el veneno que uno lleva dentro no te deja tirar la toalla: Es oro puro lo que tengo ahora”, añadió para finalizar la entrevista.