AL NATURAL

Fundación ¿humo?


viernes 18 diciembre, 2015

Con las elecciones en inminente amenaza, nada se sabe de una Fundación que venía a defender al toro y todo lo que ha hecho es decirle a dos medios que ya está currando

Fundación ¿humo?

Miguel Hernández creía en el hombre aún después de haber visto espaldas astilladas a trallazos. A mí el mundo del toro me ha hecho mucho más pragmático, más de veinte años después de escribir mi primera crónica. El enorme poeta de Orihuela, que ya anunciaba haber nacido -como el toro- para el luto, dio con sus huesos en la trena por militancia reincidente en el lado de la libertad. En esa creí que estaba el taurinismo de estipendio espléndido entre promesas de alerta que, Fundación en marcha, ya ha perdido tal vez su batalla más importante.

En el hombre creía Miguel; yo, en la Fundación que me vendieron gentes que viven del toro. Y fijaos si soy iluso que aún creo en el proyecto, después de que dos medios -dos, no más- y dos web de entidades taurinas publiquen que ya funciona el tinglado, con nombres de responsables y todo. No ha sido CULTORO uno de esos dos medios, no. Entre otras cosas, porque NADIE de la Fundación se ha presentado como representante, padre, madre o tutor del ente de marras, del que no sabemos NADA. Y, mientras tanto, nosotros nos batíamos el cobre político para denunciar ataques contra aquello que se supone que debe defender el ente ya mentado. Sólo una noticia indirecta tuvimos de la Fundación después de haber estado desde el principio con la gente de Mallorca, después de seis meses siendo el único medio que denunció su situación, alertó de sus problemas y puso en conocimiento del mundo su grave crisis, aconsejando no decantarse mediáticamente en tal lucha.

Un plan decían tener los patronos cuando nos presentaron el tinglado. En una reunión en la que no pudo haber más colaboración por parte de la prensa, a pesar del escepticismo que nos causaba a todos ver a la cabeza a las mismas personas que ya habían demostrado manifiesta incapacidad para unir a todos los sectores. Nos pusimos a su disposición y hasta tranquilizamos -en mi caso personal- a un buen número de aficionados y profesionales que querían tomar por su cuenta la bandera de una libertad con la tela mancillada. Hoy, dos meses después -cobrados por todos y cada uno de los tentáculos contratados por la Fundación-, a dos días de las elecciones y sin noticias del halo salvador mientras se cierne la nada sobre el toreo, yo no he visto más que humo. Y una oportunidad perdida.

Perdida porque no ha habido movimiento, demandas, noticias, actuaciones, ni siquiera un cachito de mensaje de tranquilidad al que poder llevarse a la boca. No se ha hecho valer el toreo ni como lobby, ni como fuente de riqueza, ni como hecho cultural susceptible de respeto más que por actuaciones aisladas de los de siempre. Como El Juli batiéndose el cobre con un indocumentado que le llamaba a la cara y ante millones de espectadores asesino en serie. Si ese tío no tenía nueve demandas al día siguiente, interpuestas por los nueve abogados que tiene la Fundación, es que las cosas -otra vez- se están haciendo muy mal.

O ese Castella diciéndole a la cara al concejal socialista de Ciudad Real lo que piensan miles de aficionados, después de que por la mañana votase a favor de eliminar la subvención a la plaza de toros. O esa plataforma que lidera Daniel Ramos en Castellón, o la recientemente creada en precisamente Ciudad Real, claros ejemplos de que el aficionado está hasta el gorro de no recibir ni una palabra de aliento. Se han cansado ya. Están hartos de promesas mientras se trabaja entre bambalinas, porque saben muy bien que las bambalinas impolutas a la vista esconden mierda de cincuenta años cuando se las pone del revés. 

Una mierda que lleva a algunos empresarios a decirles a otros que no se quejen de la eliminación de las subvenciones porque ellos tienen que pagar canon. Y, en principio, tendrían razón. Pero si no apuntamos a la igualdad entre todas las manifestaciones culturales -reconocidas así por la ley- seguiremos siendo el excusado de los políticos, que nos usan como arma porque NO TIENE CONSECUENCIAS para ellos. Como no las va a tener una campaña donde el taurinismo de rienda poderosa ha permanecido inmóvil y silencioso ante los ataques sin piedad de PSOE y Podemos, la libertad engañosa de Ciudadanos y la bandera de la defensa de un PP que aún se niega a definir su actuación, por ejemplo, con el IVA del toreo, una vez anunciada la bajada del IVA cultural. Ahí va la siguiente batalla, señores de la Fundación. La de la campaña ya la han -hemos- perdido.

La han perdido los aficionados de los pueblos que se han quedado sin toros mientras ustedes se ponían de acuerdo; la han perdido los empresarios modestos que depositaron en ustedes su confianza mientras decidían qué hacer con el dinero solicitado – y recibido- a profesionales y aficionados; la han perdido -como la fe- los guerrilleros de la trinchera mediática que aún esperan -esperamos- una hoja de ruta a la que poder llamar patria; y la han perdido, como el tiempo, todos aquellos que no se echaron a la calle por creer en ustedes. Y hasta Miguel Hernández ha perdido la batalla, como el toro. Pero él ya dejó lo dejó escrito en un soneto: «como el toro, burlado, como el toro».