Siguen saliendo a luz distintas fincas ganadera a lo largo y ancho de nuestra piel de toro, una serie de explotaciones rústicas que albergan, o albergaron en su interior, ganado vacuno, ya fuera bravo o manso. Este es el caso de una finca de 750 hectáreas, a orillas del Valle del Tiétar, junto al parque nacional de Monfragüe, una zona donde el animal bravo convive con infinidad de especies en un ecosistema único.
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6.600.000 € es el precio de salida, una cantidad alta, pero acorde al valor que tiene el metro cuadrado en esta zona. Sobre ésta se ha construido un espléndido chalet con una única planta, de casi 700 metros, se podía leer en el anuncio.
Al ser una finca eminentemente ganadera, ésta se encuentra vallada en todo su perímetro, ya sea con alambrada o con paredes de piedra, algo que ayuda a separar los animales por edad y sexo. También posee un silo para 10000 kilos de pienso, casa para 1500 ovejas, 6 cuadras para caballos, gran nave –secadero de tabaco–, una plaza de tientas, corrales, embarcadero, mangas… para realizar distintas labores como saneamientos, herraderos, tentaderos…
Otro elemento diferencial de la finca es la presencia de encinas en más del 70% de su superficie, siendo este un árbol de talla media y baja, que puede alcanzar de 16 a 25 m de altura. Un tipo de árbol muy típico en esta zona, aprovechándose la bellota para alimentar al ganado porcino que pusiera encontrarse en la finca. Amén de un gran número de encinas, también destaca la presencia de Alcornoques, siendo la saca del corcho otro elemento a tener en cuenta para la viabilidad de este tipo de explotaciones como esta que mencionamos en el día de hoy.
La extracción del corcho es un oficio tradicional asociado con el sostenimiento de la dehesa y de la población en entornos rurales. Este trabajo en el campo supone todo un ritual en la Dehesa de Extremadura y se denomina “saca del corcho”, labor que se realiza cada 8-9 años, permitiendo que el árbol vuelva a regenerar esta corteza durante toda su vida, aproximadamente 170 años.
No consta referencia alguna sobre el propietario de dicha finca situada en el término municipal de Malpartida de Plasencia, ni tampoco el ganado que pastó, o pasta en sus cercados, siendo esta una información únicamente disponible para aquel interesado en dicha explotación ganadera. Una tónica muy habitual en estos portales donde las distintas inmobiliarias aprovechan para crear un nuevo canal donde poder encontrar un posible comprador.