Ante casi tres cuartos de entrada en el coso desmontable «Carlos Orozco», en tarde soleada y ventosa, se dio la corrida de la Feria del Toro de Lidia, resultando como triunfador el diestro acalitense Joselito Adame al cortar cuatro orejas y un rabo, dos de ellas y el máximo trofeo simbólicos por el indulto de “Príncipe” para, al final, salir en hombros. Sus alternantes, el irapuatense Diego Silvetí logró obtener un apéndice de un astado de regalo y tras haber sido herido por el primer toro de su lote y, el de la capital del país, José Mauricio, anduvo sin suerte.
Una vez hecho el paseíllo, la empresa entregó reconocimientos a los diestros actuantes y el ganadero de la tarde.
Se lidiaron siete toros, uno de ellos de regalo, de la dehesa regional de Xajay, siendo bravo el primero para ser aplaudido en el arrastre, complicaciones tuvo el segundo, incierto y peligroso fue el tercero, no fue fácil el cuarto; el quinto, “Príncipe” de nombre, marcado con el número 110 y con 465 kilos, muy bravo, fue indultado; el sexto fue muy complicado y, el de obsequio, no fue fácil.
El mexiqueño José Mauricio, en el toro que abrió plaza, bravo, veroniqueó enclasado. Con la muleta, empezó telentosamente lidiando de las tablas a los medios para seguir en una labor más que empeñosa a un ejemplar que le iba con nobleza, pero, que le costaba terminar el pase. Aun así, estuvo con disposición, logrando momentos que le fueron jaleados. Acabó con detalles de torería, falló al matar y fue silenciada su faena tras un aviso y, al toro, se le aplaudió en el arrastre.
En su primer astado, llamado “Javito”, que tuvo complicaciones, el aquicalidense Joselito Adame lanceó gustoso a la verónica y mejor se dejó ver en un ajustado quite por chicuelinas, Con la sarga, realizó un trasteo inteligente, a base de sobar al “socio” para ir metiéndolo en el engaño hasta lograr imponerse y cuajar una obra torera, plena de maestría, con pases de mucho mérito, seguir con detalles toreros y desplantes de rodillas que conectaron con el público. Mató de certera estocada, lo que le valió el corte de dos orejas.
El guanajuatense Diego Silveti, a su primer ejemplar, incierto y peligroso, poco pudo hacerle en su manejo del capote. Con la pañosa, lo intentó estando muy firme y valiente, pero, no contó con colaboración de su antagonista. Al final, cuando se tiró a matar recibiendo, el toro lo alcanzó y lo hirió en la cara posterior del muslo izquierdo. Ya despachado el astado, entre aplausos se fue por su propio pie a la enfermería, donde se le encontró un fuerte puntazo, por lo que se le atendió para que saliera a su segundo toro.
A su segundo, que no fue fácil, Mauricio lo capoteó toreramente. Con la franela, le echó talento para con paciencia ir metiendo al burel en el engaño y acabar dándole pases meritorios que calaron en el gusto del público. Finalmente, la faena no se pudo redondear al fallar con el estoque y acabar entre división de opiniones tras un aviso.
Joselito en su segundo, “Príncipe” de nombre, marcado con el número 110 y con 465 kilos, muy bravo, jugó bien los brazos en destacados lances a la verónica, a pesar del viento en contra, además, de quitar con lucimiento por navarras. Con la tela escarlata, tras brindarle a la empresa, encabezada por Juan Antonio del Hoyo, realizó una faena importante, en la que mostró todo su oficio y maestría torera por ambos perfiles, inclusive logrando pases en los que desmayaba la mano con evidente sentimiento. Al final, la gente pidió con insistencia el indulto, mismo que concedió la autoridad para que, a Joselito, se le otorgaran, de manera simbólica, los máximos trofeos y así dar la vuelta al ruedo acompañado del ganadero don Javier Sordo Madaleno Bringas.
En su segundo, muy complicado, Silveti, quien volvió de la enfermería con una curación especial y con bloqueo en la zona herida, poco hizo con el capote y abrevió en su labor muleteril, pasó apuros para finiquitar y, entonces, tener silencio tras un aviso y anunciar el regalo de un toro.
En el de obsequio, “Lajeño”, que no fue fácil, de la misma divisa titular, Diego con evidente actitud veroniqueó con empeño y, en su quehacer de muleta, se dejó ver más que dispuesto en todo momento, con entrega, para dejar pases que le jaleó con fuerza el público. Se tiró a matar con determinación, dejando la estocada, pero, tuvo que descabellar, siendo premiado su pundonor con un apéndice.
Al final, de manera clamorosa, fue paseado en hombros Joselito Adame.
FICHA DEL FESTEJO
Tequisquiapan, Querétaro. Corrida de la Feria del Toro de Lidia. Portátil “Carlos Orozco”. Entrada: Casi tres cuartos en tarde soleada y ventosa.
Siete toros, uno de ellos de regalo, de Xajay, siendo bravo el primero para ser aplaudido en el arrastre, complicaciones tuvo el segundo, incierto y peligroso fue el tercero, no fue fácil el cuarto; el quinto, “Príncipe” de nombre, marcado con el número 110 y con 465 kilos, muy bravo, fue indultado; el sexto fue muy complicado y, el de obsequio, no fue fácil.
José Mauricio: Silencio tras un aviso y división de opiniones tras un aviso.
Joselito Adame: Dos orejas y orejas y rabo simbólicos tras indulto.
Diego Silveti: Palmas, fuerte puntazo en el muslo izquierdo, silencio tras un aviso y una oreja en el de regalo.
Al final, salió en hombros Joselito Adame.