Pasadas las 19:20 horas de la tarde del pasado martes 19 de marzo, se daba por finalizada la Feria de Fallas 2024, un abono que ha contado con grandes protagonistas que, conceptos aparte, han conseguido poner e pie a unos tendidos que saben saborear el buen toreo pero, que también, se encienden con rapidez cual mecha que prende la hoguera.
Entre la Nit del Foc y la Cremá, Valencia tenía una cita con un espada que ha cosechado varios de los triunfos más incontestables de su carrera en esta plaza. Se trataba de un Paco Ureña que trenzaba el paseíllo junto al granadino David Fandila ‘El Fandi’ y el cacereño Emilio de Justo. A eso de las cinco y diez de la tarde se daba suelta al primer animal de Montalvo, hierro que completó con nota su paso por la capital del Turia.
Un Ureña que cinceló ante un colorao del hierro salmantino la faena de la tarde. Un torero que fue pura entrega en el ruedo, un diestro que supo espantar esos fantasmas que le revoloteaban por encima de la cabeza y que en muchas ocasiones privaron al aficionado de verlo en su máxima expresión. Por ello y por más temas le preguntó Jaime Roch el pasado martes en El Levante. Se trataba de una conversación entre torero y periodista, una charla donde las preguntas fueron fluyendo sin solución de continuidad. Se habló del miedo a la muerte, de la ayuda externa para superar los obstáculos de la vida o incluso de una retirada que rondó por la cabeza del diestro murciano.
Existe el tópico de que los toreros no le temen a la muerte, algo totalmente alejado de la realidad. Se trabaja la mente, algo que ayuda a superar momentos complicados delante de la cara del animal. “¿Llega a asumir la muerte?”. “Lógicamente, no me quiero morir, pero trabajo todos los días con ella y no le tengo miedo”. El superar ese trago es algo vital para un diestro que vive los momentos de mayor tensión antes de trenzar el paseíllo.
“¿Cómo se trabaja eso?”. “Aceptándola como un proceso natural de la vida. Me cuesta más trabajo pensar en el dolor que dejaría a los que me quieren que pensar en mi propia muerte”. “Qué claro lo tiene”. “Siempre lo he tenido muy claro, pero dentro de esa claridad ha habido días nublados y días soleados”. Un torero que pasó momentos de dudas, pero que supo sobreponerse a ellas. “Ahora, después de la tarde del 4 de junio de 2023 en Las Ventas, soy plenamente feliz”.
Un diestro que en muchas fases de su carrera ha mostrado una extrema fragilidad, algo que quizás ha engrandecido esa figura de torero hierático por momentos, desmadejado en otras ocasiones. Ureña ha sido un espada que se ha mostrado siempre transparente, algo que le hizo conectar en multitud de ocasiones con unos tendidos que se identificaban con un diestro sin dobleces y con mucha verdad en su toreo.
Torero que pese a todo lo vivido pensó en parar y echarse a un lado, pero como reconoce abiertamente, “no sé vivir sin torear”, algo que ya comentó en su día José Tomás. Un torero que veía injusta una situación donde no se le valoraba como cría que merecía. “Es cierto que pensé en quitarme, sobre todo, cuando no salían contratos después de esa tarde que te mencionaba antes. Mi próximo festejo era a un mes vista y no entendía tal abandono” se expresaba un torero que tuvo el apoyo de una máxima figura del torero. “Agradezco las palabras que el maestro Paco Ojeda dijo sobre mi persona y su valentía”.
“¿Por qué se quería marchar?”. “No comprendía, de nuevo, mi situación después de tanto esfuerzo” respondía el diestro murciano, un diestro que se había entregado en cuerpo y alma en una tarde donde su cuerpo se vino abajo por completo, pese a ello, sabía que esa tarde no iba a ser una más en su carrera. “Mi cuerpo estaba muy débil después de la paliza de Las Ventas y lo veía otra vez todo cuesta arriba. Estaba convencido que esa tarde era el punto de despegue de mi carrera otra vez”.
Espada que supo reconducir su situación pese a afectarle una enormidad el no torear, tiempo atrás, por su problema de visión. Un torero que reseteó y limpió su mente encontrando una paz interior que le hizo dar un paso adelante en la Feria de Otoño, una fecha clave para volver a ser ese torero que tanto caló en la afición. Ahora tras su gran tarde en Valencia le esperan otras plazas entre las que destacan Sevilla y Madrid, sin olvidar, claro está, la tarde del próximo 30 de marzo en Lorca, plaza donde matará seis toros en la tarde de su reinaguración.