En este medio se ha venido hablando a lo largo de las últimas semanas sobre la subida del precio del toro bravo tanto para los festejos en la plaza como para los populares. Un aumento que ha venido motivado por dos aspectos fundamentales: Subida de las materias primas debido a la inflación y la carestía de animales tras la reducción de las vacadas debido a la pandemia. Un ascenso que en muchos casos ha rondado el 20%, algo que ha propiciado que muchos empresarios, peñas y ayuntamientos hayan tenido que reajustarse para hacer frente a este aumento.
Por ello, este medio se ha puesto en contacto tanto con empresarios del sector como con personas relacionadas con el mundo del toro en la calle para saber como afrontan esta subida. “Las corridas de figuras, que son las que yo doy, han subido de una forma exponencial del año pasado a este. Empresarios como yo estamos atados de pies y manos al marcarnos muchas veces el pliego el precio de las entradas. Si subimos el precio de éstas, esto puede redundar en una bajada en la asistencia, y si pedimos a los toreros que se ajusten el cinturón podemos tener un problema con ellos”, nos comentaba uno de los empresarios.
Una situación complicada en el que hay que hilar muy fino para que dichas negociaciones son salten por los aires: ”Todos tenemos que ser conscientes del momento que vivimos, un ganadero no puede lidiar a pérdidas, pero es que un empresario, como es lógico está para ganar dinero, y si las cuentas no salen apaga y vámonos. Yo no soy quién para decirle a un torero lo que tiene que cobrar, ellos se juegan la vida, pero somos varios los que nos jugamos muchas cosas aquí”.
Pero esta subida también afecta de forma directa al toro en la calle, que también ha visto cómo la carestía de animales y la aumento en las citadas materias primas ha conllevado que el valor de este animal suba como la espuma: “El toro en la calle goza de una gran salud, en toda la Comunidad Valenciana se sueltan un número importante de animales, de ahí que seamos un motor importante en el sector. La subida nos ha tocado el bolsillo como a muchos empresarios, pero existen fórmulas para paliar el golpe”.
Al contrario que en las corridas de toros, aquí el valor del animal es relativo, es decir, es cada ganadero el que impone el precio, al contrario que en una corrida donde las cantidades son más homogéneas: “Un animal para las calles se ha colocado perfectamente en los 8.000 €. Es verdad que al comprarse uno o dos animales por vacada, el precio es más unitario, de ahí que sea cada ganadero el que decida su valor. Como en todo hay clases y clases de animales, llegando a alcanzar un precio de unos 12.000 € aquellos de mayor arboladura y seriedad”.
La subida del precio de los animales afecta de forma directa tanto a los festejos populares como aquellos que se dan en la plaza, aumentando el valor de los toros y los utreros tanto de ganaderías de primera fila como de otras más modestas que tienen su salida en infinidad de poblaciones donde se vive con pasión el encierro. El censo de cuatreños y cinqueños es menor, de ahí que la lucha por ciertos toros sea muchas veces encarnizada. Las comisiones ya no se conforman con el cinqueño grande y destartalado, ahora buscan el toro que sin perder seriedad esté en tipo, chocando frontalmente con empresas que van en la búsqueda de una corrida de toros para Madrid, Bilbao o Pamplona. El talante y la mano izquierda se antojan fundamentales para contentar a ambos clientes sin provocar problemas entre ellos.
