1º, de Miura, «Fogonero”, negro listón de 559
kilos para Rafaelillo.
El
larguirucho primero sacó el mismo son desde que salió, cansino y flojo, sin
humillar en capotes, vulgarón y blando en el penco y sin vida en la muleta. Muy
protestado durante toda la lidia, no tuvo ni una arrancada ni un ademán
malicioso. Fue un inválido que no tuvo brío, casta ni fuerza en el caballo de
Agustín Collado.
2º, de Miura, «Aguilero”, cárdeno oscuro de
590 kilos para Javier Castaño.
El
escurrido segundo pareció tener más movilidad en los primeros tercios, y hasta
sacó cierto galope sin ritmo ni transmisión. No empujó en el caballo y le faltó
empleo en el peto. En la muleta no quiso pasar nunca del embroque, no humilló
jamás y hasta volvió sobre las manos para reponer, sabiendo lo que se dejaba.
3º , de Miura, «Velero”, cárdeno listón de
624 kilos para Serafín Marín.
El tercero volvió al revés en el capote de Serafín, empujó
de mentira en dos varas medidas y esperó una barbaridad en banderillas, echando
siempre la cara arriba. No le dejó a Marín lucirse de capa ya que le apretó
hacia los adentros. En la muleta no tuvo maldad, pero tampoco raza y empuje
para no venirse abajo con cada muletazo, por poco exigente que fuera. Toro sin
vida ni transmisión.
4º, de Miura, «Injuriado”, cárdeno bragado de
606 kilos para Rafaelillo.
Buscó la gatera desde que salió el alto y largo segundo, que
a punto estuvo de saltar al callejón. Llegó abajo al peto, pero pronto desistió
de emplearse debajo del jaco. Humilló en la muleta y tuvo voluntad de seguirla
incluso con cierta calidad por el pitón izquierdo, repitiendo sin excesivo
celo, pero sí con intención. A menos cuando fue perdiendo fuelle, este sí tuvo
empleo para pelear
5º, de Miura, «Sonajillo”, cárdeno listón de
588 kilos para Javier Castaño.
También el quinto humilló de
salida y tuvo voluntad para irse detrás del capote con que lo lidió por abajo
un Castaño inteligente. Abajo llegó
también al penco en un castigo medido para preservarlo en la entrega, porque ya
en el segundo encuentro se deja pegar. Espera mucho en banderillas y atrapa a
Marco Galán para cornearlo. Se orienta y llega a la muleta zorrón y a la caza,
sin querer pasar del embroque y midiendo en cada arrancada, que siempre fueron
andando. Costoso y exigente el bicho.
6º, de Miura, «Arenoso”, negro bragado de 608
kilos para Serafín Marín.
El sexto tuvo movilidad y media
humillación sin empleo que lo puso a correr hasta que llegó al caballo. Duro el
castigo en el penco, llegó gazapos al tercio de banderillas. En la muleta fue
pasador cuando llegaba con inercia, pero le costaba terminar cuando no le
perdían pasos. Terminó reponiendo y yendo con la cara natural y sin entrega. Sin
final siempre.