La
plaza de toros de Madrid y su idiosincrasia llevan la seriedad como mástil
importantísimo que sostiene la liturgia diaria de la primera plaza del mundo.
En los últimos tiempos se está realzando dentro de la Fiesta un sector
marginado por aficionados y medios como es el de los caballos de picar. CULTORO
quiso estar cerca de la cuadra de Las Ventas
a lo largo de una jornada.
La
empresa Equigarce se dedica desde hace varios años a cubrir las corridas de
toros en Las Ventas en cuanto al aspecto equino se refiere. Desde bien temprano
y hasta bien entrada la noche se desarrolla la labor de Equigarce en la plaza
de toros de Las Ventas. Por la mañana, se entrenan los caballos, se sacan a que
despejen sus extremidades en los aledaños a la plaza de toros y los picadores,
por orden de antigüedad, eligen el jaco con el que actuarán esa tarde.
Posteriormente, ya en horario vespertino, se lleva a cabo el ritual de vestir
el caballo de picar horas antes del festejo. Así, se trata de una de las
actividades con mayor sacrificio de las que rodean la corrida de toros en
Madrid.